Texto | Redacción ¡OH!
Fotos | Rodolfo Goitia ¡OH!
A los 33 años, Oliver Saavedra Valeriano, ingeniero civil, graduado de la Universidad Privada Boliviana (UPB), es un profesional cochabambino destacado. Con una maestría realizada en Alemania y un doctorado en Japón, actualmente Saavedra trabaja como investigador junto a un grupo de científicos en la Universidad de Tokio, una de las más prestigiosas del mundo. La Universidad de Tokio es la institución japonesa mejor posicionada en el ranking mundial de universidades, elaborado por el Instituto de Educación Superior de la Universidad Jiao Tong de Shangai (China).
Con este equipo de científicos de diversas partes del mundo, Saavedra trabaja actualmente en un proyecto en coordinación con el Gobierno japonés, para la prevención de desastres causados por las lluvias, que en cierto punto son similares a los desastres ocurridos en nuestro país por el fenómeno de "La Niña".
Saavedra estuvo hace un par de semanas en el país e impartió una charla organizada por la UPB y llevada a cabo en la Sociedad de Ingenieros de Bolivia, sobre el Sistema de Soporte para la Toma de Decisiones en caso de Desfogue de Aguas en Época de Lluvia.
¡OH! conversó con él sobre su trabajo.
¡OH! ¿Cómo funciona el proyecto en el que trabaja?
La Universidad de Tokio tiene mucha relación con el Gobierno japonés y el tema de las inundaciones es muy importante para el sudeste de Asia, porque normalmente desde agosto hasta octubre, que es la época lluviosa en todo el sudeste de Asia, Japón sufre de tifones o ciclones tropicales, que afectan mucho al país. El Gobierno japonés está interesado en cómo reducir el efecto de las inundaciones.
Una de las áreas que se investiga en la Universidad de Tokio es ésta, asociada con la observación de censores remotos. Lo que quiere hacer Japón y otros países de Europa y Estados Unidos, es detectar dónde empiezan las inundaciones, que son producto de los cambios climáticos. Aumenta la temperatura, por el calentamiento global, que se ha ido aumentando últimamente. Una de las medidas para controlar esto es el Protocolo de Kioto, en el que se decide reducir la emisión de dióxido de carbono, en todos los países industrializados, porque eso es lo que incrementa el calentamiento global. Hay un reporte del cambio climático, que revela que va a ser más acentuado de ahora en adelante y una clara muestra es lo que ha pasado ahora en Bolivia.
¡OH! ¿Existe una emergencia mundial?
Ésta es como una llamada de atención de que todo lo que afecta en el mundo, no sólo afecta a países industrializados, sino a todos, para la tierra no hay fronteras entre países, obviamente hay países que son más propensos a ser afectados, por ejemplo el Caribe y el sureste de Asia, son los más propensos, por problemas climatológicos causados por los cruces entre vientos. En el sureste de Asia, los aires calientes suben y se mezclan con los fríos y empiezan las precipitaciones, por eso hay muchas inversiones climáticas en toda esa parte.
¡OH! ¿El cambio climático tiende a incrementarse?
Sí, en todo el mundo. Al aumentar las temperaturas, se van a incrementar las inundaciones y sequías. Y se va a incrementar además en secuencia y magnitud, eso es lo que se tiene pronosticado.
Ahora estamos haciendo un proyecto, que lo estábamos trabajando en enero. Hemos hecho una simulación de cien años para Japón, estamos trabajando sobre el río Tone, que es el más importante de Tokio, porque de ahí se saca electricidad, agua y tiene presas. Según nuestro pronóstico, para agosto de 2098 se prevé una crecida, que causaría inundaciones, que serían tres veces peor que el peor desastre que hubo en Tokio en 1946, que era un tifón que se llamaba Catarina, esto sería tres veces peor. Si los pronósticos se llegan a cumplir, ni siquiera Japón estaría preparado para eso.
¡OH! ¿Qué se puede hacer?
La respuesta de los japoneses es sencilla: queremos reducir las catástrofes fatales, es decir reducir la pérdida de vidas humanas y materiales en la medida en que se pueda. Eso significa que hay que prevenir, y esto está relacionado con Bolivia, se necesitan sistemas de alerta tempranas; eso es lo que no tenemos en nuestro país. Y ¿cómo hacen lo japoneses? Pues nos hemos dado cuenta de que la tierra se puede observar fácilmente mediante satélites. Entonces hay satélites de microondas, que se combinan, por ejemplo microondas activos y pasivos, y se puede detectar la lluvia; por ejemplo ahora está en desarrollo y mejorando muchísimo, la observación de la lluvia desde satélite, pero siempre se tiene que combinar con los pluviómetros, que miden cuántos milímetros ha llovido. Eso también se necesita, además de un radar en tierra que mide la lluvia en un área, dependiendo de su capacidad, así se puede tener una mejor percepción de lo que pasa con la lluvia en la superficie y la atmósfera, para saber cuánto va a llover.
¡OH! Hay que prevenir para evitar
Si alguien nos pudiera decir: mañana va a llover tal cantidad, en determinada área a tal hora y en este sector, nos ayudaría a dar una alerta correcta, por eso ahora nosotros, en Japón, estamos trabajando con modelos hidrológicos distribuidos. En el pasado se utilizaba un promedio por cuenca, ahora es más localizado, es un pronóstico de precipitación cuantitativa, que es mucho más preciso.
¡OH! ¿Qué porcentaje de falla tiene este sistema?
Obviamente hay incertidumbre, no es un sistema cien por ciento fiable, pero podríamos decir que hay entre un 70 y 80 por ciento de confianza. Es alto. El pronóstico se hace con un promedio global en todo el mundo que es numérico, para saber cuánto va a llover en todo el mundo.
Se tiene que ver todo lo que pasa en el sistema y hay teleconexiones, lo que pasa por aquí pasa allá.
Hay un simulador global y este simulador dice en qué parte de la Tierra va a llover por longitud y latitud, pero en escala global no hay mucha precisión, pero de ahí se puede re-escalar por región. Para re-escalar se necesita observación, según los pronósticos y los errores detectados, así se puede prever el error y pronosticarlo también.
¡OH! ¿Qué podríamos hacer en Bolivia?
Tenemos el pronóstico global, obviamente incluye a Bolivia. Para mejorar y poder hacer pronósticos, necesitamos mejorar la observación en la superficie, hay que medir lo que está pasando ahora, eso significa que se deben adoptar políticas para implementar más fluviómetros automáticos para medir cuánto llueve. La tecnología es diferente para cada cuenca, nosotros tenemos tres cuencas, la del Amazonas, la del Plata y la interna. En la del altiplano llueve poco, en la del Amazonas, que incluye Trinidad, es donde más llueve, entonces habría que tener más puntos de observación. Pues, la observación es un punto crítico para poder pronosticar una inundación.
¡OH! Pero ¿es inevitable?
Sí, es inevitable a menos que haya una presa, no conozco otra forma de reducir una inundación. La presa sirve como espacio para almacenar el agua. En Japón se reducen las inundaciones con las presas ya existentes, donde se puede almacenar el agua de lluvias, hay que manejar las presas y saber cuándo cerrar y abrir las compuertas. Eso se hace en cuencas donde hay presas, pero para las cuencas en las que no hay presas, ahí no hay manera de reducir las inundaciones, pero sí estar preparados. El tema es muy amplio, primero se necesita una política del gobierno para que tomen seriamente este tema.
Con la hidrología, nosotros podemos hacer una simulación numérica para prever diferentes tipos de eventos, debería haber zonas de refugio donde la gente se pueda ir, son zonas un poco más altas. Hay que identificar las zonas más vulnerables y si la gente aún así decide vivir ahí, entonces hay que darles opciones, como que la construcción de su casa debería ser más elevada. También debe haber zonas comunales de refugio, cuando las aguas bajan hay un tiempo para evacuar, el tiempo de viaje del agua, aparte es el pronóstico y luego la medición, así se previenen desastres.
¡OH! ¿Las comunidades que están cerca de los canales de agua deberían mudarse?
El Gobierno y la Prefectura deberían advertir que estas zonas no son habitables y si las comunidades aún así deciden asentarse ahí, es bajo su propio riesgo.
El tema clave es la previsión. Uno es el manejo de las presas y el uso adecuado del suelo, esto es importante. Este es el marco general para delimitar zonas vulnerables, y crear zonas de refugio en lugares altos. Y también hay que ver cuestiones de infraestructura. En Japón, las zonas cercanas a los ríos son de recreación, son zonas de desfogue, hablo de Japón, porque estoy familiarizado con sus sistemas.
¡OH! ¿Cuánto tiempo más se quedará en Japón?
Estimo que me voy a quedar entre dos y tres años en Japón, me interesa seguir avanzando en este tema, me siento incluido en este grupo en el que hemos desarrollado la propuesta y nos han aceptado, entonces quiero concluir mi participación en este proyecto. Lo que quiero es absorber la mayor experiencia posible.
Las realidades entre Bolivia y Japón son diferentes desde lo tecnológico hasta la ubicación geográfica. Japón tiene otro tipo de problemas, pero si se puede ver qué aprovechar y adaptar para nuestro país, me gustaría aprenderlo. En este tiempo me gustaría madurar en esta actividad.
Esos niveles de investigación no existen en el país pero todos estos lineamientos son parte de las políticas de gobierno para prevenir posibles inundaciones, me gustaría estar involucrado en un proyecto así, dentro de Bolivia.
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