- El BM advierte que el país árabe enfrenta consecuencias potencialmente "catastróficas"
- El Delta del Nilo peligra; millones de personas podrían quedar sin alimentos
El Financiero en línea
Egipto, 18 de septiembre.- Si no se pone coto al calentamiento global y se mantienen los pronósticos sobre el aumento en el nivel de los mares del mundo, Egipto podría enfrentar una situación catastrófica con la inundación del Delta del Nilo.
Millones de egipcios podrían verse obligados a abandonar permanentemente sus hogares, y el país seriamente incapacitado para alimentar a su pueblo.
Esa es la terrible amenaza que se cierne sobre este país empobrecido y superpoblado para fines de siglo, si se mantienen los actuales pronósticos sobre el cambio climático.
El Banco Mundial dice que Egipto es particularmente vulnerable a los efectos del calentamiento global y advierte que enfrenta consecuencias potencialmente "catastróficas". "La situación es seria y requiere atención inmediata. Toda demora significará pérdidas adicionales'', afirmó Mohamed el-Raey, científico ambiental en la Universidad de Alejandría.
Un motivo importante es la vulnerabilidad de la canasta alimenticia básica de Egipto: el delta del Nilo, un triángulo de tierra rica y arable en la que el Nilo se abre en abanico para desembocar en el Mar Mediterráneo.
Aunque el Delta sólo representa el 2.5% de la superficie de Egipto, alberga a más de un tercio de sus 80 millones de habitantes.
El Delta ya estaba en peligro, amenazado por los efectos secundarios de la represa de Asuán. Aunque la represa, completada en 1970, genera la electricidad tan necesaria para el país y a la vez controla las inundaciones del Nilo, también impide que el sedimento nutriente reponga el suelo erosionado del Delta.
Si a eso se añade la amenaza climática, el Delta enfrenta nuevas incertidumbres que podrían tener un efecto potencialmente devastador en Egipto.
Los científicos pronostican por lo general que el Mediterráneo, al igual que los demás mares del mundo, subirá entre 30 centímetros (un pie) y un metro (3.3 pies) para fines de siglo, e inundará las zonas costeras del Delta.
Las aguas del Mediterráneo ya han estado subiendo 0.2 centímetros (0.08 pulgada) por año en la última década, lo que ha inundado parte de la costa egipcia, dijo el-Raey.
Para el 2010, el alza de las aguas podría barrer con las playas arenosas que atraen a millares de turistas. También correrían peligro los tesoros enterrados que los arqueólogos siguen descubriendo en la antigua Alejandría, alguna vez la segunda ciudad más importante del imperio romano.
Pero esas pérdidas empalidecerían ante el impacto de la peor posibilidad que pronostican algunos científicos: un calentamiento global que inesperada y rápidamente disuelva las capas de hielo de Groenlandia y el oeste de la Antártida.
Si esto ocurre, las aguas del mar podrían subir en unos 4.9 metros (16 pies), lo que causaría una devastación masiva en la región, según un estudio del Banco Mundial difundido este año.
Richard Alley, profesor de geociencia en la Universidad Estatal Penn, dijo que las capas de hielo se están derritiendo a ritmo lento, aunque mucho más rápido de lo que creían los científicos hace una década.
Un colapso total tardaría "por lo menos siglos'', dijo Alley, experto en la materia. Pero aun un aumento mínimo en el nivel del mar en el siglo próximo acarrearía serias consecuencias para Egipto, advierten los conocedores.
Un aumento de un metro (3.3 pies) inundaría la cuarta parte del Delta, lo que obligaría al 10.5% de la población egipcia a abandonar sus hogares, calcula el Banco Mundial.
El impacto sería más catastrófico si la población egipcia, como se prevé, se duplica a unos 160 millones para mediados de siglo.
El Delta ya tiene una alta densidad de población con unos cuatro mil habitantes por milla cuadrada (2.6 kilómetros cuadrados). También se vería afectado el suministro alimenticio.
Casi la mitad de los cultivos egipcios, incluyendo trigo, bananas y arroz, crecen en el Delta. Las áreas que no quedaran debajo del agua también se perjudicarían ya que el agua salada del Mediterráneo contaminaría las napas de agua fresca del Nilo usadas para irrigación.
Pero el sistema singular y frágil del Delta dificulta la tarea de protegerlo, y la actividad humana no ha hecho sino empeorarla.
Durante miles de años, las inundaciones periódicas del Nilo depositaban lodo, arena y minerales que reponían el Delta y prevenían la erosión.
Pero en las tres últimas décadas, la represa de Asuán ha impedido que el sedimento se deposite en el Delta y ha permitido la erosión. "El sedimento creaba un equilibrio. Ahora los procesos costaneros actúan sin sedimentos, y el equilibrio ha cambiado'', dijo Omran Frihy, investigador retirado de Alejandría que ha publicado varios informes sobre el aumento del nivel del mar y la erosión.
En Egipto, al igual que en gran parte de Africa, el calentamiento global rara vez se discute. Pero el gobierno en El Cairo empieza a encarar el problema.
En Alejandría, las autoridades invierten 300 millones de dólares para construir muros de contención marinos a fin de proteger las playas del Mediterráneo, dijo Frihy.
En algunas áreas se está depositando arena. Se están levantando muros similares en otras partes de la costa incluyendo Rashid, sdonde en 1799 se descubrió la Piedra de Rosetta que permitió descifrar la antigua escritura egipcia.
El gobierno también está preparando un "estudio nacional de estrategia'' sobre cómo adaptarse a los cambios climáticos, dijo Maged George, ministro del ambiente.
Mohamed el-Shahawy, un científico en la Agencia Egipcia de Asuntos Ambientales, dijo que el gobierno está elaborando "un índice de vulnerabilidad y detectando las regiones más vulnerables''. "Egipto trata de proteger sus costas'', dijo el-Sahawy. "Después de esto solicitaremos la ayuda mundial. Tenemos que protegernos. Pero cuesta mucho''. (Con información de AP/MVC)