sábado, 1 de septiembre de 2007

Voluntarios ayudan a rastrear gases de efecto invernadero

Voluntarios ayudan a rastrear gases de efecto invernadero

(Observaciones de la atmósfera miden el cambio climático) (1071)

Por Cheryl Pellerin
Redactora del Servicio Noticioso desde Washington

Este es el primer artículo de una serie sobre las contribuciones de Estados
Unidos a las observaciones directas del cambio climático.

Washington - Una vez a la semana, por lo general los martes, personas de
países de todo el mundo viajan hasta el litoral cuando el viento sopla
desde el mar, trepan a las alturas montañosas o caminan kilómetros en el
desierto.

Cuando se encuentran lo suficientemente lejos de la contaminación local,
llenan dos frascos de vidrio con aire que ha cruzado lo ancho del océano o
kilómetros de desierto, y para ello emplean una bomba y un compresor.

Los voluntarios son tan diferentes como los entornos que los rodean: en el
desierto de Gobi, en Ulaan Uul (Mongolia), una maestra jubilada que viaja
más de 12 horas en tren para entregar sus muestras; un experto en ciencias
del suelo de Kazajstán; un capitán de un buque de alquiler en la Isla de
Navidad, en Kiribati; miembros del departamento de meteorología argelino;
una empresa polaca que opera un transbordador de automóviles que atraviesa
el Báltico, y muchos más.

Luego de varias semanas de recoger muestras, los voluntarios entregan los
frascos en la oficina de correos de una embajada norteamericana, en una
agencia meteorológica  cercana, o en el departamento de una universidad.
Desde esos lugares - sesenta en el mundo entero- los frascos se envían de
vuelta a un laboratorio en Boulder (Colorado).

Allí, en el Laboratorio de Investigaciones de Ciencias de la Tierra (ESRL)
de la Administración Nacional del Océano y la Atmósfera de Estados Unidos
(NOAA), científicos de la División de Observación Mundial analizan el aire
para determinar la mezcla mundial de gases del efecto de invernadero, tales
como el dióxido de carbono (CO2).

"Recibimos alrededor de 15.000 frascos por año", dijo Russell Schnell,
director del observatorio y de las operaciones mundiales de la red en la
División de Observación Mundial, durante una entrevista con el Servicio
Noticioso sostenida el 24 de agosto.

EL CAMBIO DEL CLIMA

La red mundial de muestreo de aire ayuda a la NOAA a recoger datos
confiables sobre la concentración de gases de efecto de invernadero en la
atmósfera, una de las mediciones que contribuyen a los informes de
evaluación del clima que produce, aproximadamente cada cinco años, el Grupo
Intergubernamental de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (IPCC).

La Organización Meteorológica Mundial (WMO) y el Programa Ambiental de las
Naciones Unidas establecieron el IPCC para evaluar la información
científica, técnica y socioeconómica necesaria para comprender el cambio
climático y su impacto.

Los informes del IPCC, preparados por centenares de científicos de todo el
mundo, ofrecen un panorama abarcador de la comprensión humana de la ciencia
del clima y el cambio climático. En 1990, 1995, 2001 y 2007 se hicieron
importantes evaluaciones.

El ultimo informe dice que el sistema climático se calienta, y los
científicos están seguros, por más de un 90 por ciento, de que la causa son
los humanos y los combustibles fósiles que queman. Esta certeza surge de
observaciones directas de la temperatura del aire y el océano, la lluvia,
el hielo y la nieve y las concentraciones de gases de efecto invernadero.

La División de Observación Mundial de la NOAA contribuye a las evaluaciones
del IPCC a través de su red de voluntarios, seis estaciones operadas por
personal que toma constantemente muestras de aire -cuatro de ellas desde
fines de los años cincuenta- buques voluntarios que transportan
instrumentos de la NOAA y una docena de aviones comerciales y privados que
llevan instrumentos y miden columnas de aire verticales.

Los científicos de la división ayudan también a otros países -entre ellos
la República de Corea, Mongolia y China- a establecer estaciones de
observación de los gases de efecto invernadero.

COOPERACIÓN INTERNACIONAL

La división de la NOAA, junto con cada servicio meteorológico de cada país,
es también parte de la WMO, que coordina las mediciones internacionales.

Participa también en la Vigilancia de la Atmósfera Mundial, que lleva a
cabo, desde hace décadas, Naciones Unidas, y que consiste en una red de
laboratorios en todo el mundo que ofrece datos para la evaluación
científica y la advertencia temprana de los cambios atmosféricos que
podrían afectar el medio ambiente.

"Somos una parte importante de la red de la WMO", dijo Pieter Tans,
científico principal del ESRL. "No sólo hacemos una cantidad de mediciones,
sino que desempeñamos un papel importante en el control internacional de
calidad, debido a que mantenemos las escalas de calibración del CO2, el
metano y el óxido nitroso presentes en el aire, y algunos otros gases".

La División de Observación Mundial establece la norma mundial para medir
estos gases, mantiene muestras de cantidades de cada gas de referencia
medidas cuidadosamente y envía muestras a otros laboratorios del mundo de
modo que puedan usar estos gases de referencia para calibrar sus propios
instrumentos.

Todos los datos que la división ha recogido se ofrecen gratuitamente en el
sitio de la organización en la Web, a disposición del que quiera
utilizarlos, dijo Tans.

HACIA EL FUTURO

Con los años, lo que ha cambiado mucho es la creciente cantidad de
mediciones y las plataformas para hacerlas.

"Ahora hacemos muchas más mediciones desde antenas altas de televisión y
radio FM", explicó Tans. "Algunas de las torres tienen 610 metros de
altura. Tenemos líneas de tomas de aire a distintas alturas y las medimos
las 24 horas del día". Otro cambio es el de hacer mediciones bastante
frecuentes desde aviones pequeños.

Mediante estas y otras técnicas de observación, explicó Tans, "tenemos una
idea bastante buena de cuánto CO2 absorben las cuencas oceánicas o de
cuánto procede los océanos tropicales, al igual que de actividades humanas
directas".

Esta capacidad de medición, tan sensible, será importante en los próximos
años, agregó, cuando los países empiecen a tratar de disminuir sus
emisiones de CO2 como un modo de retardar el cambio climático.

"Nos aprestamos a cuantificar esto, para ver cuán exitosamente resultan las
nuevas políticas. Queremos crear un sistema que pueda dar información
objetiva sobre las emisiones actuales, lo cual creo que será útil para los
responsables de la elaboración de políticas y el público", dijo Tan.

Para más información, en inglés, sobre la División de Observación Mundial (
http://www.esrl.noaa.gov/gmd/ ) del ESRL puede consultar el sitio web de la
NOAA.

En los sitios web de la Organización Meteorológica Mundial (
http://www.wmo.ch/pages/index_en.html ) y la Vigilancia Mundial de la
Atmósfera ( http://www.wmo.int/pages/prog/arep/gaw/gaw_home_en.html ) hay
más información, en inglés, sobre estos organismos.

Para obtener más información sobre las políticas de Estados Unidos, véase
Cambio climático y energía limpia (
http://usinfo.state.gov/esp/home/topics/global_issues/cambioclimatico_energia.html
 ).

(El Servicio Noticioso desde Washington es un producto de la Oficina de
Programas de Información Internacional del Departamento de Estado de
Estados Unidos. Sitio en la Web: http://usinfo.state.gov/esp)
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        La Oficina de Programas de Información Internacional del
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Saludos
Rodrigo González Fernández
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CAMBIO CLIMÁTICO:

CAMBIO CLIMÁTICO:
Más allá de Kyoto
Por Julio Godoy

VIENA, 28 ago (IPS) - Las emisiones de gases invernadero alcanzarán su grado máximo en los próximos 10 a 15 años, y deberán reducirse desde entonces y hasta 2050 a la mitad respecto de los valores actuales.

Así lo advirtió Yvo de Boer, secretario ejecutivo de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, entrevistado este martes por IPS en la capital de Austria.

Según De Boer, éste el único modo de evitar catástrofes ambientales y humanitarias asociadas con el recalentamiento planetario.

"Los países industrializados deben reducir entre 25 y 40 por ciento sus emisiones de gases de efecto invernadero luego de 2012", indicó.

Pero los países pobres emergentes deben aceptar que también tienen un rol que cumplir en la reducción de emisiones, agregó.

La Convención Marco, cuya sede administrativa está radicada en la ciudad alemana de Bonn, es la agencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) a cargo de implementar el Protocolo de Kyoto, que estableció en 1997 una reducción en las emisiones de gases invernadero para los países industrializados.

De Boer participa en la nueva ronda de negociaciones sobre cambio climático, que comenzaron el lunes y concluirán este viernes en Viena.

Esta reunión es preparatoria de la próxima conferencia de las partes de la Convención Marco, que se celebrará en diciembre en la isla indonesia de Bali.

Se espera que los participantes en esa reunión avancen en un nuevo plan internacional para la reducción de emisiones luego de 2012, cuando expire el Protocolo de Kyoto.

Las conversaciones en la capital austriaca aportarán a las de Bali información sobre necesidades financieras para mitigar el cambio climático y sus consecuencias sociales y económicas.

"Las medidas de mitigación necesarias para la reducción de las emisiones requieren entre 200.000 millones y 210.000 millones de dólares por año", dijo De Boer.

La ronda de Viena también evalúa el fondo de adaptación de Nairobi, creado en la capital keniata en 2006. Este fondo brindará a los países en desarrollo financiamiento adicional para hacer frente a las consecuencias del cambio climático.

Nuevos pasos en las políticas globales contra el cambio climático están en ciernes, aseguró De Boer a IPS.

"Incluso el presidente estadounidense George W. Bush decidió tomar al toro por las astas y presentó una propuesta que será discutida por los gobiernos de los mayores emisores de gases invernadero el mes próximo en Washington", señaló De Boer.

Los países más industrializados, especialmente Estados Unidos, junto con China e India, representan 85 por ciento de las emisiones globales. Estos países también representan 70 por ciento de la población global y 85 por ciento del producto interno bruto global.

Pero el calentamiento global afecta a la población de todo el mundo. Sus consecuencias se sienten en forma de inundaciones, huracanes, sequías y una mayor incidencia de enfermedades como la malaria.

Monyane Moleleki, canciller de Lesotho, dijo a IPS que el cambio climático tiene profundos efectos sobre la agricultura.

"Los agricultores sufren porque nada ocurre cuando se supone que lo haga. Las estaciones tradicionalmente lluviosas ya no son predecibles. La cantidad de sequías se duplicó desde fines de los años 70, y las lluvias, cuando llegan, lo hacen en torrentes", señaló.

De Boer dijo que las conversaciones de Viena podrían no conducir a "decisiones espectaculares", sino "básicamente mostrar cómo podemos promover medidas políticas para lograr reducciones en las emisiones".

El granadino Leon Charles, que preside el grupo de trabajo especial para lograr de los países industriales firmantes del Protocolo de Kyoto un mayor compromiso, opinó que las conversaciones en Viena no establecerán objetivos de carácter obligatorio sobre reducción de emisiones.

Pero este diálogo debería enviar "una fuerte señal sobre la integridad ambiental del mundo industrializado".

(FIN/2007)

Saludos
Rodrigo González Fernández
 
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Vendrán tormentas más difíciles con calentamiento global: NASA

Vendrán tormentas más difíciles con calentamiento global: NASA

Por SETH BORENSTEIN
WASHINGTON, D.C. 30 agosto 2007. (AP). - Mientras continúe el calentamiento del planeta, Estados Unidos enfrentará tormentas eléctricas cada vez más fuertes con relámpagos mortíferos, granizo destructor y muchas posibilidades de convertirse en tornados, según indica un estudio efectuado por científicos de la Dirección Nacional para la Aeronáutica y el Espacio (NASA).

Mientras otras investigaciones han lanzado advertencias de que podría haber cambios climáticos a gran escala, como huracanes más potentes y sequías más graves, el nuevo estudio predice eventos más pequeños como tormentas eléctricas más peligrosas debido al calentamiento global.

Habrá una mayor disponibilidad de ingredientes básicos para tormentas internas más potentes en Estados Unidos si hay un clima más cálido y húmedo en el mundo, señaló el principal autor del estudio, Tony Del Genio, un científico investigador de la NASA.

Para cuando esto ocurra, habrá que mantenerse alerta.

``Las tormentas eléctricas más pontentes, las tormentas y tornados potentes se sucederán con frecuencia y fuerza crecientes'''', indicó Del Genio en una entrevista el jueves en el Instituto Goddard para Estudios Espaciales en Nueva York.

El documento del que es coautor fue publicado en la internet en este mes en la revista Cartas de Investigación Geofísica.

Otros científicos advirtieron que esta área de investigación climática es muy nueva y complicada para que el estudio sea definitivo. Sin embargo, otras investigaciones posteriores también se encaminan en la misma dirección.

Con modelos de computadora, Del Genio explora un área que la mayoría de los científicos expertos en clima han evitado. Las tormentas eléctricas simples son demasiado pequeñas para sus enormes modelos de clima mundial, por ello, Del Genio observó las fuerzas que se combinan para generar tormentas eléctricas.


Una combinación sin precedente de patrones geográficos y climáticos ya hacen de Estados Unidos el sitio más propenso del mundo a sufrir tornados y tormentas extremas durante la primavera y el verano boreales. La enorme masa terrestre que se calienta en los días cálidos, los contornos de las corrientes de chorro, los vientos que bajan de las Montañas Rocallosas y el aire caliente y húmedo procedente del Golfo de México se combinan para dar nacimiento a los fenómenos.


El modelo de computadora de Del Genio demostró que el calentamiento global significará que haya más alzas de calor, que es cuando los vientos suben y bajan en vez de desplazarse de lado.

``Las consecuencias de estas subidas más fuertes serán más tormentas eléctricas y granizo más grande'''', agregó.

En un día normal soleado, las corrientes de aire que suben al cielo son de menos de dos kilómetros por hora. Durante una fuerte lluvia, estas corrientes pueden ser de 3,2 kilómetros por hora (dos millas por hora). Pero en una fuerte tormenta los vientos ascendentes son de entre 32 a 48 kilómetros por hora (20 a 30 millas por hora) y entre más rápida sea la corriente hacia arriba, resulta peor la tormenta.

El sureste y el medio oeste del país están en el paso de la mayoría de las peores tormentas.
Sin embargo, un nuevo estudio pronostica tormentas peligrosas para el oeste de Estados Unidos. Predice que las tormentas eléctricas aumentarán un 6% en momentos en que el dióxido de carbono, el gas que es el principal culpable del calentamiento global, se duplique.

Más información en la edición de mañana de Diario de Yucatán
 
Saludos
Rodrigo González Fernández
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