El estudio tenía desde el principio toda la pinta de ser incorrecto, dado que su autor es el activista John Cook, responsable de la web Skeptical Science, un lugar dedicado a intentar refutar las tesis escépticas con la teoría del calentamiento global por causas antropogénicas. Cook fue el principal colaborador de Stephan Lewandowsky en otro conocido ejemplo de ciencia basura, el estudio que pretendía relacionar el escepticismo climático con las teorías de la conspiración.
Como se sabe, uno de los argumentos recurrentes con que los activistas climáticos refuerzan sus tesis es el del consenso científico en torno a la teoría de que el dióxido de carbono provocará un incremento catastrófico de las temperaturas. La práctica totalidad de los científicos apoyan la teoría y sólo unos pocos frikis que además están pagados por las multinacionales del petróleo piensan otra cosa; ese sería el resumen de la idea. Recurrir alargumento de autoridad no parece muy serio en un debate científico, pero como nadie puede saber de todo con suficiente profundidad, es normal que en asuntos que no dominamos nos sometamos a lo que digan quienes más parecen saber del tema.
El estudio de John Cook ha examinado 11.944 estudios sobre el clima publicados entre 1991 y 2011 y ha concluido, aparentemente, que el 97% apoya la teoría dominante del calentamiento global. La primera crítica, bastante evidente, es la forma en que saca los datos. Según su propio estudio, de los trabajos analizados un 32,6% apoya la teoría alarmista, un 0,7% la rechaza y un 66,4% no tiene expresa postura alguna sobre el particular. Resulta sorprendente, cuando menos, que del 33% se llegue al 97%.
El mito del 97%
A los interesados en el debate por el clima quizá les suene familiar esa cifra concreta del 97 por ciento. Es debido a que otro estudio anterior, referido esta vez a científicos y no a estudios, también concluía que existía ese porcentaje de acuerdo entre los climatólogos alrededor de la tesis más alarmista. El trabajo,publicado en 2009, se basaba en una encuesta online enviada a 10.275 científicos que ya excluían a buena parte de la profesión, incluyendo a paleontólogos pero no a meteorólogos, por ejemplo. Contestaron poco más de 3.000 a dos preguntas a las que la inmensa mayoría de los escépticos también contestarían afirmativamente:
- Comparado con los niveles anteriores al siglo XIX, ¿cree que las temperaturas globales generalmente han subido, bajado o mantenido relativamente constantes?
- ¿Cree que la actividad humana es un factor que contribuye significativamente al cambio en las temperaturas?
Casi todos los escépticos responderían que sí, que las temperaturas han subido y que la actividad humana es un factor que ha contribuido a ello. Pero no es eso lo que se discute, sino el grado en que influye, que para los alarmistas es un porcentaje muy alto y para los escépticos mucho más bajo. Pese a ello, sólo el 90% de los científicos que contestaron dijeron que las temperaturas habían subido y el 82% que el hombre tenía algo que ver. ¿Cómo se llego de ahí al 97%? En vista de que el resultado no era tan claro como querían, los autores del estudio eliminaron a posteriori a todos los científicos que no se identificaran a sí mismo como expertos en clima, pasando de los 10.275 a los que se preguntó originalmente a los 77 de quienes consideraron que sus respuestas valían.
Cook repite el truco
El estudio de Cook, cuya nota de prensa muchos medios han replicado sin más, tiene muchos fallos. En primer lugar, los veinte años elegidos para seleccionar los trabajos sobre el clima son demasiado años. En este tiempo la ciencia del clima ha avanzado mucho, y lo que se dijera entonces es básicamente irrelevante hoy. Por otro lado, la selección de qué trabajos científicos se consideraban relacionados con el calentamiento global se ha basado en que tuvieran las palabras "calentamiento global" o "cambio climático global" en el resumen o abstract del estudio, lo cual elimina de entrada un montón de investigaciones de escépticos que no emplean esos términos.
Pero lo más significativo es que, como ya pasara con la encuesta de 2010, la única forma de concluir que existe un consenso es incluir a los escépticos en él mediante trucos. Los estudios se han dividido en siete categorías, tal y como explica el blog Desde el exilio, dependiendo de su apoyo al "consenso", que define como la adscripción a la teoría de que el calentamiento global es real yprincipalmente debido a la actividad humana. Lo de "principalmente" es la clave:
- Respalda la teoría del calentamiento global, dando al hombre más de un 50% de la responsabilidad en la subida de las temperaturas (65 estudios).
- Respaldo explícito, sin cuantificar (934)
- Respaldo implícito (2.933)
- Neutral (8.261)
- Rechazo implícito (53)
- Rechazo explícito, sin cuantificar (15)
- Rechazo explícito, cuantificado (10)
Lo que hace John Cook es eliminar de entrada la categoría de los neutrales, con mucho la más numerosa, comparando las categorías del 1 al 3 con las categorías del 5 al 7 para llegar al 97%. Lo tiene que hacer, porque la categoría 1, la única que clara y explícitamente apoya la teoría oficial, la componen un total de 65 artículos. Sí, 65 de alrededor de 12.000.
¿Cuál es el problema de esta metodología? Pues que, como sucedía con la encuesta de 2010, la práctica totalidad de los estudios escépticos podrían entrar en las categorías 2 y 3. Según la metodología de Cook, en esas categorías se incluyen artículos que por ejemplo dan por hecho "el calentamiento global antropogénico" o que indican que "los gases de efecto invernadero provocan calentamiento", proposiciones todas ellas sobre las que sí existe un consenso real, pero que en este estudio se usan para afirmar que apoyan la teoría de que el cambio climático es principalmente debido al hombre.