BIOCOMBUSTIBLES ¿SI O NO? SIBSIDIOS ¿SI O NO ?
Lula defiende los biocombustibles y culpa de los precios al proteccionismo y al petróleo
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Berlusconi bromea con los aparatos para la traducción simultánea con el director general de la FAO, Jacques Diouf, durante la sesión inaugural de la cumbre de Roma
VERÓNICA BECERRIL SERVICIO ESPECIAL. ROMA.
Los biocarburantes como causa de la crisis o como solución, y la necesidad de aumentar las ayudas, junto a las palabras del presidente iraní y del de Zimbabue, fueron los argumentos que centraron ayer en la primera sesión de reuniones de la cumbre sobre seguridad alimentaria organizada por la FAO. Pero, entre la veintena de mandatarios que ayer expusieron sus puntos de vista sobre las causas y soluciones a la crisis alimentaria, se oyeron voces discrepantes.
El presidente de Egipto, Hosni Mubarak, abrió la ronda pidiendo un «código de conducta para frenar la expansión» de los biocarburantes, que tras él defendió con uñas y dientes el presidente de Brasil, Luiz Inazio Lula da Silva. En un denso mensaje a todos los mandatarios, Lula calificó de «intolerable» el proteccionismo de algunos países y responsabilizó al petróleo del aumento de los precios en el mercado, poniendo de relieve las cualidades de los biocarburantes, que en Brasil representan el 46 por ciento de la energía. En este sentido Lula da Silva afirmó con indignación que «muchos de los dedos que apuntan contra la energía limpia de los biocarburantes están sucios de aceite y carbón», y matizó que los biocombustibles «pueden ser un instrumento importante para generar ingresos y retirar a países de la inseguridad alimentaria y energética». Y remachó con que la crisis mundial de alimentos es «una crisis de distribución».
Haití y el FMI
Esta visión la compartió la presidenta de Argentina, Cristina Fernández, quien culpó de la crisis alimentaria a la «política proteccionista que han llevado a cabo los países centrales, que les ha llevado a apropiarse de los recursos del resto de Estados». En particular, denunció el caso de Haití, y cómo este país pasó -a causa de la política del Fondo Monetario Internacional- de país emergente a país en crisis.
La respuesta que dio el presidente francés, Nicolas Sarkozy, al problema del hambre que afecta a 850 millones de personas en todo el mundo, fue la creación de un grupo de científicos que establezca un análisis objetivo sobre la situación alimentaria mundial, para «actuar de inmediato», porque «no se puede aceptar que cada 30 segundos un niño muera de hambre». En particular, Francia destinará de forma bilateral 1.000 millones de euros en los próximos cinco años a los países de África subsahariana para el desarrollo agrícola, doblando este año su ayuda alimentaria hasta alcanzar los 60 millones de euros.
«Escandalosos subsidios»
No vio ésta como una solución el vicepresidente cubano, José Ramón Machado Ventura, quien acusó a los países desarrollados de negarse a «eliminar los escandalosos subsidios agrícolas, mientras imponen sus reglas al comercio internacional». Y, como receta contra la crisis, propuso condonar la deuda externa de los Estados en desarrollo, reducir los gastos militares de la OTAN y cumplir el compromiso de destinar el 0,7 por ciento del PIB a la Asistencia Oficial al Desarrollo. Machado Ventura finalizó analizando el uso de los biocarburantes, que calificó como «fruto del funesto consumismo que ha llevado a crear la siniestra estrategia de convertir granos y cereales en combustibles».
Sobre los biocarburantes no se consigue llegar a un acuerdo a nivel internacional, y aunque no hay unanimidad de opiniones sobre las causas de la crisis alimentaria mundial, la solución parece más o menos obvia para todos: una inyección de inversiones de 30.000 millones de dólares al año en agricultura.Así lo anunció el director general de la FAO, Jacques Diouf, confirmando la línea marcada por el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.
Según los datos ofrecidos por la FAO, en veinte años las ayudas a la agricultura han descendido un 56 por ciento. Ban Ki-moon, en este sentido, durante su discurso inaugural de la cumbre de Roma, pidió aumentar la producción de alimentos en un 50 por ciento para el año 2030 con el objetivo de cubrir la demanda.
Sarkozy propone un análisis científico para actuar «de inmediato» y prevé mil millones de euros en cinco años al África subsahariana
El director de la FAO anuncia 30.000 millones de dólares al año para agricultura