No Hay Tiempo que Perder - NO TIME TO WASTE

Lo más atroz de las cosas malas de la gente mala es el silencio de la gente buena

Desarrollo Sostenible y Compromiso Social como respuesta al silencio que tolera las cosas malas de la gente mala.

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Rodrigo González Fernández
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CENIT SOLAR

«La inversión inicial es fuerte, pero se amortiza muy pronto»

 

 

DAVID LÓPEZ TORRES

La aventura de Cenit Solar comenzó en el año 2004 con cuatro trabajadores. Hoy son 60 instaladores y 40 técnicos. Un equipo de cien personas que ofrece proyectos de energías renovables 'llave en mano'. «Trabajamos el concepto, el diseño de la instalación, el montaje y hasta el mantenimiento», explica David López, responsable del departamento de Biomasa de una empresa que se ha expandido con ramificaciones en el País Vasco, en Burgos, en Cantabria. Ha instalado una calefacción de biomasa en las instalaciones de L'Oréal (Burgos), en un polideportivo de León y diseñado numerosos proyectos en empresas y para particulares. «Hacemos un estudio económico de las necesidades del cliente y le instalamos la caldera más eficaz», explica. «La inversión inicial es fuerte, pero se amortiza pronto», concluye.

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BIOENERGIA: La era del petróleo verde

La era del petróleo verde

La feria Expobioenergía muestra las apuestas empresariales de la región para explotar los recursos naturales y agrícolas como fuente ecológica de combustible y electricidad

VÍCTOR M. VELA | VALLADOLID

 

No hay que hacer prospecciones ni que montar empresas gigantescas para buscar yacimientos, bolsas ocultas o reservas inexploradas. El petróleo de Castilla y León está a la vuelta de la esquina, es verde, ecológico, una apuesta de futuro, se llama biomasa y ayer se convirtió en la estrella de Expobioenergía, el encuentro de los profesionales de las nuevas fuentes energéticas que tiene lugar hasta mañana en la Feria de Valladolid. Decenas de expositores procedentes de 21 países muestran durante estos días los últimos avances en cultivos energéticos agrícolas, en equipos para la producción de biogás o la distribución de 'pellets', en materiales para la trituración y astillado de biomasa agrícola y de madera. Todo un negocio de futuro que este año se presenta además reclinado sobre el colchón del Plan de la Bioenergía de Castilla y León, un documento de trabajo fechado en junio y que traza el camino para un abastecimiento energético más verde y que nos haga depender menos del exterior. La comunidad autónoma tiene recursos para abastecerse... y tiene que aprender a aprovecharlos. Hay que cambiar de mentalidad, y Expobioenergía mostró ayer vías para empezar a hacerlo.

¿Pero de qué trata la feria? ¿Qué es la bioenergía? «Se trata del aprovechamiento energético de la biomasa». ¿Y qué es la biomasa? «Una fuente de energía renovable basada en la materia orgánica de origen vegetal o animal y de sus procesos asociados». Dicho de otra manera, se puede extraer energía de cultivos como el girasol, la colza, la soja, la remolacha (aún puramente testimonial en Castilla y León), de los purines o el estiércol de la producción ganadera, de aceites urbanos... y de los bosques, el gran potencial de la región, nuestro petróleo verde. El propio Plan de la Bioenergía elaborado por la Junta lo dice muy claro: «Castilla y León es la comunidad más extensa de España y de mayor superficie agrícola y forestal. Cuenta además con una fuerte industria asociada. Esto la dota de gran cantidad de recursos susceptibles de ser valorizados». El presidente Juan Vicente Herrera ha reconocido en varias ocasiones que, de momento, esto no sucede. Por ejemplo, sólo aprovechamos el 2% de nuestros recursos forestales. El cálculo de la Junta es que de los bosques de Castilla y León se aprovechan 9,8 toneladas al año de biomasa potencial. El objetivo es llegar a las 13,6 toneladas en el 2030. Habría que mejorar el aprovechamiento, claro. La tasa de corta actual se sitúa en torno al 25%. La media europea es del 65%.

¿Por qué no se aprovecha más y mejor? Fundamentalmente por motivos como «la juventud del monte, las dificultades técnicas de acceso y el alto coste para hacerlo». Obtener más madera de nuestros bosques no se traduce en una tala indiscriminada. Ni mucho menos. Antes al contrario, el aprovechamiento forestal se basa en podas, en la retirada, por ejemplo, de las ramas secas y su empleo como fuente energética, en una explotación sostenible y controlada de los bosques que permitiría no sólo disponer de un nuevo alimento para generar energía, sino que además constituye una buena herramienta en la lucha contra el fuego. Manuel García, presidente de la sección de biomasa de la Asociación de Productores de Energías Renovables, ha explicado en esta feria que la extracción de maderas reduciría entre el 50% y el 70% los incendios forestales. Ese aprovechamiento maderero se usa hoy, sobre todo, en la industria de primera transformación (aserraderos, fábricas de tableros, de pasta de papel), que ha mostrado un «escaso interés» en este nuevo campo de negocio, tal y como reconocen desde la Junta. No obstante, se prevé que «el avance del sector bioenergético provoque que parte de la madera de trituración se destine a la producción de energía». Esto puede generar un riesgo, advierte la Administración, y es que «la aparición del sector bioenergético en concurrencia con la industria de la madera por el mismo recurso puede ocasionar una escalada de precios y consecuentemente un desabastecimiento que comprometa la competitividad de parte de la industria de la madera. Esta situación ya ha ocurrido en países escandinavos. Así, el desarrollo en Castilla y León debería ser progresivo y con las precauciones suficientes en política de ayudas para minimizar los efectos desfavorables en el resto de la industria».

Ahora mismo, el aprovechamiento energético no es muy alto y el grado de cumplimiento de los objetivos de biomasa está lejos de lo previsto. «Es necesario un marco legislativo estable», explica Javier Díaz, presidente de la Asociación Española de Valorización Energética de la Biomasa y de Expobioenergía.

Calefacciones

La mayor parte de este nuevo uso de nuestros bosques es para la generación de energía térmica. Calefacciones. En Castilla y León hay 24.878 instalaciones, la mayoría estufas y calderas tradicionales. Pueden ser estufas individuales o bien redes centralizadas. Para abastecer de calefacción a una vivienda (de unos 125 metros cuadrados) bastaría con una caldera de 25 a 50 kilovatios. La inversión inicial sería de unos 12.000 euros (con el 40% sufragado a través de subvenciones). Son 5.000 euros más que una de gasóleo, pero la alimentación luego es más barata. El gasóleo está a 0,65 euros y dos kilos de 'pellets' -combustible equiparable- saldría por 0,36 euros. En cinco años se habría amortizado la inversión inicial. Y con creces. Para desarrollar el mercado domestico de calefacción con biomasa, el IDAE ha puesto en marcha el proyecto Biomcasa para crear un registro de empresas «solventes y con conocimiento» con las que canalizar ayudas a la instalación de calderas.

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Rodrigo González Fernández
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Detectan un error en el método para calcular reducciones de CO2

 

• CAMBIO CLIMÁTICO | GASES INVERNADERO , BIOCOMBUSTIBLES

S.O.S. Cambio climático

CALENTAMIENTO GLOBAL

Detectan un error en el método para calcular reducciones de CO2

 

 

Efe | Washington

Actualizado jueves 22/10/2009 20:12 horas

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Un error de cálculo en los tratados sobre cambio climático podría conducir a una mayor deforestación en todo el mundo. La voz de alerta la ha dado un grupo internacional de científicos a través de una serie de estudios difundidos este jueves por la revista 'Science'.

De no corregirse, este error en el método utilizado para calcular las emisiones podría minar los esfuerzos para reducir los gases invernadero y alentar la deforestación, según los científicos.

Básicamente, el fallo consiste en que no se ha determinado con precisión la cantidad del dióxido de carbono liberado en la atmósfera como resultado de la producción de bíocombustibles de acuerdo a su origen.

Según los investigadores y expertos agrícolas, el problema es importante de cara a las discusiones sobre cambio climático y el uso de biocombustibles que se realizarán en diciembre en la Cumbre de Copenhague (Dinamarca).

La quema de bioenergía y de energía fósil libera cantidades comparables de dióxido de carbono en la atmósfera. Sin embargo, la bioenergía puede reducir las emisiones si la biomasa es resultado de un mayor cultivo de plantas específicamente para ese uso.

Esto se debe a que las plantas cultivadas para la bioenergía absorben dióxido de carbono de la atmósfera y esto neutraliza las emisiones de una eventual quema de biomasas para destinarla a energía.

Por otra parte, la quema de bosques libera carbono en la atmósfera de la misma forma que los combustibles fósiles. Por estas razones, las consecuencias del uso de bioenergía en lo que se refiere a los gases invernadero tienen una gran variación según cual sea el origen de la biomasa.

Un error que puede solventarse

Por desgracia, según Daniel Kammen, profesor de energía y recursos de la Universidad de California, las normas de contabilidad del Protocolo de Kioto, el Sistema de Emisiones de la Unión Europea y un proyecto aprobado por la Cámara de Representantes de EEUU no consideran el dióxido de carbono emitido por la bioenergía, según el origen de la biomasa.

De acuerdo con los científicos, esto hace que de forma legal la bioenergía de cualquier fuente, incluso la generada por la eliminación de los bosques del mundo, sea una manera barata, pero falsa, de reducir las emisiones de gases invernadero de las empresas petroleras, las plantas de energía y las industrias.

"El error es grave, pero se puede resolver sin problemas", manifestó Timothy Searchinger, científico de la Escuela Woodrow Wilson, de la Universidad de Princetonn. "Al aproximarnos a las negociaciones más importantes sobre el clima en la historia, es vital que se evalúen adecuadamente las tecnologías, como las de los bíocombustibles", indicó.

Según Jerry Melillo, científico del Laboratorio Biológico Marino, las grandes emisiones de gases invernadero resultantes del uso indirecto de la tierra tienen consecuencias no previstas en los programas de biocombustibles: "Esas consecuencias se suman al problema del cambio climático en vez de ayudar a resolverlo", afirmó.

El uso directo de la tierra se refiere a las extensiones dedicadas exclusivamente a la producción de bioenergía. El indirecto ocurre cuando la producción de bíocombustibles se realiza en tierras donde se han desplazado otras actividades agrícolas.

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Fuente: EL MUNDO
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La omisión de las emisiones de la bioenergía compromete los objetivos de recorte de CO2

Experto hablan de 'error crítico', aunque subsanable

La omisión de las emisiones de la bioenergía compromete los objetivos de recorte de CO2

Foto: Reuters	Ampliar

   MADRID, 23 Oct. (EUROPA PRESS) -


   Un equipo internacional de expertos en clima ha descubierto un error crítico, aunque subsanable, en el método de contabilidad utilizado para medir el cumplimiento de los límites de carbono. El defecto, que se centra en la medida de las emisiones de CO2 del uso de la bioenergía, podría socavar los objetivos de reducción de los gases de efecto invernadero de no solventarse.

   Los autores, liderados por Jerry Melillo desde el Laboratorio de Biología Marina en Woods Hole (Estados Unidos), publican su descubrimiento en 'Science Express', la edición digital de la revista 'Science'.

   La actual contabilidad del carbono, empleada en el Protocolo de Kioto y en otras legislaciones que incluyen la legislación europea y americana, no tiene en cuenta el CO2 liberado por los tubos de escape y las chimeneas que utilizan bioenergía ni tiene en cuenta las emisiones resultantes de los cambios en el uso de la tierra cuando la biomasa se cosecha o crece.

   Según señalan los investigadores, esta contabilidad trata erróneamente todos los usos de la bioenergía como carbón natural, independientemente de la fuente de biomasa, y podría dar lugar a fuertes incentivos económicos para la conversión de tierra a gran escala a medida que los países de todo el mundo consoliden sus topes de carbono.

   Los científicos plantean que las excepciones relativas a las emisiones de CO2 derivadas de la bioenergía en las regulaciones de los gases efecto invernadero no son adecuadas dado que no se incluyen los cambios en el uso de la tierra. "El potencial de la bioenergía para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero dependen inherentemente de la fuente de la biomasa y sus efectos sobre el uso de las tierras", apuntan en su artículo los autores, liderados por Jerry Melillo.

   La transformación en las tierras derivada del desarrollo de la bioenergía varía ampliamente y se refiere a aspectos desde talar bosques consolidados hasta quemar madera o desarrollar cosechas destinadas a producir energía.

   Estas prácticas dan lugar a grandes liberaciones de CO2 aunque convertir tierra improductiva en praderas de crecimiento rápido podría reducir el carbono. Bajo el sistema actual de contabilización de carbono, estos dos escenarios cuentan como una reducción del 100 por cien en las emisiones de energía.

   Según explica Melillo, "cuando los bosques u otras plantas son cosechados para bioenergía, la liberación de carbono resultante debe contabilizarse como emisiones por uso de la tierra o emisiones por energía. Si no se hace así, el uso de bioenergía contribuirá a nuestro problema de gases de efecto invernadero en vez de ayudar a resolverlo".

   Según los autores del trabajo, este defecto en la contabilización del CO2 se puede solucionar y por ello piden que se ponga en marcha un sistema que pueda seguir el flujo actual y la contabilidad de todas las emisiones de CO2, proceda de energías fósiles o bioenergía.

   Además, los investigadores recomiendan que cualquier sistema de acreditación para evaluar la bioenergía considere los cambios en las reservas de carbono, las emisiones de otros gases efecto invernadero distintos al CO2, como el óxido nítrico, así como las emisiones por uso de la tierra.

   "La bioenergía tiene el potencial de proporcionar una cantidad importante de energía para ayudar a las naciones a alcanzar los umbrales de emisión de gases efecto invernadero pero debe realizarse una contabilización adecuada para evitar consecuencias involuntarias de una producción de bioenergía insostenible", concluye Melillo.

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Fuente: EUROPA PRESS
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