viernes, 2 de noviembre de 2007

Sustentabilidad global: una noble causa

Sustentabilidad global: una noble causa

Premios Nobel, políticos y científicos debaten en Potsdam, Alemania, sobre estrategias de sostenibilidad. El objetivo es ayudar a evitar una posible catástrofe climática.

Los días 9 y 10 de octubre se reúnen en la ciudad del este de Alemania 15 Premios Nobel, más de 30 renombrados científicos y representantes de la política, la economía y la sociedad en el marco de un simposio interdisciplinario sobre el tema de la sostenibilidad global.

Angela Merkel (medio) en el Simposio sobre Sustentabilidad Global. Bildunterschrift: Großansicht des Bildes mit der Bildunterschrift:  Angela Merkel (medio) en el Simposio sobre Sustentabilidad Global. Patrocinadora y participante del simposio de los Nobel es la canciller federal alemana, Angela Merkel, ella misma doctorada en física y convencida partidaria de hacer algo lo antes posible contra el cambio climático mundial.

En el simposio, que lleva el título "Global Sustainability: A Nobel Cause", se intercambiarán ideas sobre cuáles son los mejores enfoques científicos y políticos para proteger el clima y asegurar una sostenibilidad global.

La idea de la sostenibilidad global se propaga desde la Conferencia de las NN. UU. sobre Medio Ambiente y Desarrollo celebrada en Río de Janeiro en 1992. En esencia supone recurrir a recursos renovables y disminuir su consumo a un nivel que asegure su permanente regeneración.

Hacia el "Memorando de Potsdam"

En el foco del simposio están estrategias viables para salirle al paso al cambio climático y sus consecuencias ecológicas y socioeconómicas. Los resultados no serán meramente declamatorios, sino que, resumidos en un "Memorando de Potsdam", serán presentados en la XIII Conferencia de las NN. UU. sobre el Clima, que tendrá lugar en diciembre de 2007 en Bali.

Este siglo vivirán en la Tierra unos 9.000 millones de seres humanos y todos exigen su derecho a una vida con dignidad. Para ello necesitan un acceso económico a la energía, que no puede ser asegurado con fuentes fósiles (petróleo, carbón, gas natural), limitadas y desigualmente distribuidas en el mundo. El uso de esos combustibles coadyuva además a desestabilizar el clima global.

¿Cómo romper la rutina de los negocios de corta visión? ¿Cómo redoblar el uso de las energías renovables, utilizar más eficientemente los recursos y acelerar la implementación de las necesarias innovaciones? Y, sobre todo, ¿cómo generar una distribución más justa del bienestar?

Ya ahora, el cambio climático amenaza con deteriorar seriamente las condiciones de vida de muchos seres humanos, sobre todo en países del Sur. Ello sólo puede ser detenido si la comunidad internacional de Estados aprueba y lleva a la práctica medidas eficientes y vinculantes.

Profundizar el Protocolo de Kyoto

Necesario es un nuevo acuerdo climático, que profundice el Protocolo de Kyoto, cuya vigencia termina en el 2012, e incluya también a países emergentes, como India, China y Brasil. Alemania ha lanzado la idea de fijar emisiones per cápita para todos los países del mundo.

El Protocolo de Kyoto, firmado en 1997, cuyo objetivo central es contener las emisiones de los gases que aceleran el calentamiento global, impone a 39 países desarrollados (no así a Brasil, India y China) la contención o reducción de sus emisiones de gases de efecto invernadero. Estados Unidos firmó el acuerdo en 1998, pero luego lo rechazó y hasta hoy se niega a ratificarlo.

En Potsdam participan Premios Nobel como Carlo Rubbia, Mario Molina, Wangari Maathai, Murray Gell-Mann y Sir James Mirrlees, y también conocidos expertos del cambio climático, como Sir Nicholas Stern, Rajenda Pachauri y Sunita Narain.
 
El simposio es organizado por el Instituto de Estudios de las Consecuencias del Cambio Climático, con sede en Potsdam, junto con el World Wide Fund For Nature y un gran apoyo del Ministerio Federal de Educación e Investigación de Alemania.

 

Pablo Kummetz

 
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Rodrigo González Fernández
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Renacer de la energía nuclear

Renacer de la energía nuclear

James A. Lake

Soluciones para tener energia limpia

ÍNDICE
Presentación
Energía limpia para el futuro
Reinvención de la rueda: revolucionar la eficiencia de los automotores
Renacer de la energía nuclear
Energía renovable: en busca de la fuente inagotable
Pequeñas medidas que ahorran mucha energía
Soluciones para generar electricidad limpia
Mercados para crear tecnologías con energía limpia
Guía para la inversión en energía sostenible
Seguridad energética, componente de la alianza mundial
Bibliografía (en inglés)
Recursos de Internet (en inglés)
Recoja versión Adobe Acrobat (PDF)
Recuadro

La situación es favorable para la energía nuclear
Andrew Paterson, asociado, Empresa Ambiental Internacional

 

El resurgimiento de la energía nuclear promete galvanizar la generación de electricidad en todo el mundo y en ontribuir a mitigar los temores sobre las emisiones de gas de efecto invernadero, pese a las dificultades que todavía habrá que salvar. A largo plazo, la energía nuclear puede llegar a ser más segura y económica, resistente a la proliferación y sostenible

James A. Lake es director adjunto de laboratorio del Programa de Energía Nuclear del Laboratorio Nacional de Idaho y fue presidente de la Sociedad Nuclear de Estados Unidos entre 2000 y 2001.

Vista de la central nuclear de Calvert Cliffs, en Maryland, desde la bahía de Chesapeake.
Vista de la central nuclear de Calvert Cliffs, en Maryland, desde la bahía de Chesapeake.
Constellation Energy

El sólido desempeño económico y la seguridad de la energía nuclear en Estados Unidos, la creciente demanda de energía y el convencimiento cada vez mayor de los beneficios para el medio ambiente de la energía nuclear limpia han dado lugar al renacer de la energía nuclear, capaz de alcanzar las metas de seguridad energética, prosperidad económica y calidad ambiental de Estados Unidos en el siglo XXI. No obstante, antes de que dicho renacimiento pase a ser una realidad, los formuladores de políticas tienen que salvar importantes escollos en aspectos tales como el costo de capital relativamente alto de las nuevas centrales, la gestión sostenible del combustible nuclear irradiado y los riesgos de proliferación de plutonio apto para usos bélicos del ciclo de combustible de la energía nuclear.

La evolución de la energía nuclear en Estados Unidos

La energía nuclear en Estados Unidos hizo su aparición en los decenios de 1950 y 1960 en medio de exageradas y, como después se pudo comprobar, imposibles expectativas, de que sería "demasiado barata para medirla". A medida que las nuevas centrales de energía nuclear fueron construyéndose y entrando en servicio empezaron a surgir dificultades por el exceso en el costo de construcción y en la seguridad de funcionamiento, que culminaron en el accidente de la central de Isla Three Mile, cerca de Middletown, Pennsylvania, en 1979. Las medidas correctivas adoptadas a partir de entonces por la Comisión Reguladora de Energía Nuclear de Estados Unidos (NRC) para garantizar la seguridad de estas centrales retrasaron por muchos años la terminación de las obras, en una época en que la inflación era de más de 10%, y provocaron la quiebra y el cierre de varias de estas centrales, lo que puso fin a la primera era de la energía nuclear en Estados Unidos.

A lo largo del decenio de 1980, los servicios públicos de energía nuclear terminaron muchas de las centrales cuya construcción había quedado interrumpida, las pusieron en servicio y dirigieron su atención a mejorar su eficacia en función del costo y su desempeño, lo que simultáneamente redundaba en una mayor seguridad. Para la segunda mitad del decenio de 1990, las 103 centrales nucleares en servicio en Estados Unidos estaban produciendo 20 por ciento de la electricidad del país, a un costo que las hacía sumamente competitivas con las que utilizaban carbón y otros combustibles—menos de 2 céntimos por kilovatio-hora. Además, su seguridad se ha decuplicado, hasta un punto en que, actualmente, la energía nuclear es un modelo de seguridad industrial. Para finales del decenio de 1990, la subida de precios de la energía y las graves interrupciones del servicio eléctrico en California espolearon el interés de las empresas estadounidenses en la energía nuclear. Varias importantes empresas de servicios públicos como Exelon y Entergy adquirieron activos de energía nuclear de empresas pequeñas y menos rentables cuando empezaron a mejorar las perspectivas comerciales de la energía nuclear.

Hoy en día, más de la mitad de las centrales de energía nuclear que funcionan en Estados Unidos han solicitado y obtenido prórrogas de 20 años para sus licencias originales de 40 años. La industria confía en que todas las centrales del país solicitaran esta prórroga antes de la fecha de expiración de sus licencias originales. Estas prórrogas asegurarán que estos importantes activos fijos continúen produciendo electricidad mientras los estadounidense siguen beneficiándose de sus ventajas financieras y ambientales.

Ahora que termina la segunda era de la energía nuclear, la era de recuperación financiera y de seguridad, la energía nuclear está en condiciones de contribuir aun más a satisfacer las necesidades energéticas de Estados Unidos y del mundo. Esta recuperación estará motivada, en parte, por una creciente preocupación por la seguridad energética nacional y el aumento del costo de los combustibles fósiles, un considerable incremento de la demanda de energía para impulsar nuestra prosperidad económica, una mayor atención a la eliminación de las amenazas ambientales vinculadas al uso de combustibles fósiles y a su sustitución por energía nuclear libre de emisiones, y un mercado de electricidad muy favorable a la energía nuclear barata.

La confianza pública en el funcionamiento de las centrales nucleares ha ido aumentando gradualmente, dado el mayor conocimiento de sus ventajas económicas y ambientales y su mejor desempeño en el aspecto de seguridad. Algunos sondeos de opinión indican que 70 por ciento de los estadounidenses están a favor del continuo funcionamiento de las centrales actuales y más de 50 por ciento son partidarios de construir otras nuevas.

Actualmente, 440 centrales de energía nuclear satisfacen 16 por ciento de las necesidades energéticas del mundo. Se han puesto en marcha ambiciosos programas de construcción de centrales nucleares, en particular en países del este de Asia, Rusia e India. Estados Unidos está a punto de reanudar la construcción de nuevas centrales de energía nuclear, proceso que ha permanecido en estado de letargo durante más de 25 años. Éste es el comienzo de la tercera era, el renacimiento de la energía nuclear.

Para satisfacer las grandes expectativas que ha suscitado, la energía nuclear necesita salvar los siguientes obstáculos:

  • El primer lugar, la energía nuclear tiene que mantenerse económicamente competitiva en el mercado energético mundial; en particular, las compañías energéticas tienen que controlar mejor los costos fijos.

  • Segundo, para satisfacer las expectativas del público de desempeño excepcional en materia de seguridad, las centrales actuales tienen que seguir funcionando en condiciones de seguridad y las centrales futuras mejorar continuamente la seguridad en los mercados mundiales en crecimiento.

  • Tercero, la energía nuclear y su ciclo de combustible tienen que ser sostenibles a los ojos del público y de los dirigentes nacionales; en particular, el combustible nuclear irradiado tiene que gestionarse de tal modo que sea eficaz en función del costo y no constituye un peligro durante el prolongado período de tiempo en que sigue siendo sumamente radioactivo, y el suministro de combustible nuclear debe extenderse a lo largo de siglos, frente al agotamiento de los combustibles fósiles.

  • Cuarto, los materiales nucleares derivados del ciclo del combustible deben estar protegidos de la proliferación y el uso indebido para fines no pacíficos.

Un nueva orientación para la energía nuclear en Estados Unidos.

Realización de pruebas en el reactor nuclear de pruebas del Laboratorio nacional de Idaho.
Realización de pruebas en el reactor nuclear de pruebas del Laboratorio nacional de Idaho.
AP/Wide World Photo

En 2001, el gobierno de Estados Unidos hizo pública una nueva Política Energética Nacional (NEP) que puso al país en vías de ampliar el uso de la energía nuclear a corto plazo, al agilizar los trámites de obtención de prórrogas de licencias para gestionar las centrales nucleares existentes y de obtención de licencias para construir otras nuevas. La NEP trató además de fomentar el uso de la energía nuclear mediante el diseño, la construcción, la demostración y el despliegue de la próxima generación de tecnologías de energía nuclear. Un aspecto importante de estas gestiones es que se trataba de lograr este objetivo a través de la investigación y el diseño y puesta en práctica con ciclos avanzados de combustible que demostraran ser limpios, más eficientes, menos productores de desechos y más resistentes a la proliferación que un combustible nuclear de uso único, que requiere la evacuación geológica del combustible irradiado.

Entre los programas que se establecieron para aplicar la NEP figuran los siguientes:

  • el programa Nuclear Power 2010 ( Energía Nuclear 2010), para fomentar la construcción inmediata de centrales de energía nuclear;

  • el programa Generation IV (IV Generación), para el diseño y construcción de reactores de la próxima generación, que son más económicos, ofrecen mayores garantías de seguridad, son más sostenibles y más resistentes a la proliferación del plutonio apto para usos bélicos;

  • la Iniciativa de Vanguardia del Ciclo de Combustible, un proyecto para investigar estrategias avanzadas para la reelaboración y reciclaje de combustible nuclear irradiado, que extraen una cantidad considerablemente mayor de energía de los recursos de uranio mediante la combustión de elementos constitutivos de larga vida del combustible nuclear irradiado, de manera que no separa el plutonio. Estas tecnologías prometen reducir la cantidad de combustible, lo que podría extender la vida del depósito geológico de la Montaña Yucca de combustible nuclear irradiado y desechos radioactivos.

El 8 de agosto de 2005, el presidente George W. Bush firmó la Ley de Política Energética 2005, que autoriza la elaboración de presupuestos a largo plazo para estos programas, que incluyen garantías de préstamos, créditos fiscales a la producción y protección de las inversiones del sector privado en la construcción de las primeras nuevas centrales nucleares. (Estas centrales se enfrentan a riesgos relacionados con los nuevos trámites de concesión de licencias y el restablecimiento del diseño y construcción de infraestructura de los EE.UU.). La ley prevé asimismo autorización para financiar programas de investigación y desarrollo de energía nuclear a largo plazo, incluido el programa de diseño y fabricación del reactor avanzado Generation IV y la Advanced Fuel Cycle Initiative, que juntos constituyen la Asociación Mundial de Energía Nuclear.

Energía Nuclear 2010: El fin principal del programa Energía Nuclear 2010 es poner a prueba y convalidar nuevos trámites de la Comisión Reguladora de Energía Nuclear basados en la certificación de la seguridad del diseño del sistema del reactor, la expedición de un permiso para el sitio propuesto del reactor, y la concesión de una licencia combinada para la construcción y el funcionamiento de un diseño de reactor certificado en un sitio de central autorizada.

Cuatro diseños de reactor avanzado elaborados por Westinghouse y General Electric ya cuentan con la certificación de la NRC, y otros seis están todavía en la fase de estudio, de los cuales, al menos dos, se espera que reciban la certificación de 2008 a 2010. Se están estudiando las solicitudes anticipadas de permiso de un mínimo de seis posibles sitios de nuevas centrales presentadas por tres grupos. Por último, 12 empresas de servicios públicos han notificado a la NRC que proyectan solicitar licencias de construcción y gestión de 23 nuevos reactores. Se espera que los primeros encargos oficiales de centrales de energía nuclear se hagan para finales de 2007 o principios de 2008.

Generation IV y la central nuclear de la próxima generación: La hoja de ruta del reactor avanzado de la Generation IV fue elaborada por más de 100 expertos internacionales en energía nuclear, para evaluar y establecer un orden de prioridades de seis tecnologías de reactor de la próxima generación, que tienen muchas posibilidades de ser más económicas, seguras, sostenibles y resistentes a la proliferación que las tecnologías actuales. El reactor de muy alta temperatura enfriado por gas y el reactor de neutrones rápidos enfriado por sodio han surgido como las tecnologías de más alto grado de prioridad para el diseño, la construcción y la demostración en el ámbito internacional.

Diagrama de un reactor de muy alta temperatura.
Diagrama de un reactor de muy alta temperatura.
Courtesy of Idaho National Laboratory

La central nuclear de la próxima generación se basa en una tecnología de enfriamiento por gas que puede funcionar a temperaturas de 850 a 950 grados Celsius con una eficiencia térmica mejorada para la generación de electricidad, pero de manera notable, en un margen de temperatura que permite una producción sumamente eficiente de hidrógeno. La producción de hidrógeno de alta eficiencia y libre de emisiones es un elemento clave de los esfuerzos del Presidente Bush de sustituir el petróleo importado, cada vez más caro, por el hidrógeno como combustible nacional de transporte—en principio, para enriquecer el crudo nacional pesado, más tarde, para producir combustibles sintéticos para el transporte y, finalmente, para su uso en vehículos propulsados por pilas eléctricas. Por tanto, es importante que las centrales nucleares de la próxima generación puedan, no sólo generar electricidad, sino también producir hidrógeno para el sector de transportes y calor para los procesos industriales, sectores en los que la fuerte dependencia estadounidense del petróleo importado constituye una amenaza para nuestra prosperidad económica.

La Iniciativa avanzada del ciclo de combustible y la Asociación Mundial de Energía Nuclear. El establecimiento de la Asociación Mundial de Energía Nuclear fue anunciado por el presidente Bush a principios de 2006. Su propósito es dar un importante impulso al diseño y la puesta en práctica de tecnologías avanzadas de ciclo de combustible y de reactor rápido de Estados Unidos. Los objetivos del programa son:

  • reducir la carga de la evacuación geológica del combustible nuclear irradiado en lo que se refiere a volumen de desechos, carga térmica (a medida que se desintegra el combustible radioactivo, emite enormes cantidades de energía térmica), radiotoxicidad (niveles de radiación tóxicos para los tejidos o las células vivas), y una serie de depósitos que se necesitarán en el siglo XXI;

  • recuperar la considerable energía contenida en el combustible nuclear irradiado;

  • incrementar la resistencia a la proliferación de los procesos de reciclado del combustible nuclear irradiado.

Para lograr estos objetivos, se diseñarán, pondrán en práctica y demostrarán las tres tecnologías siguientes: 1) la transmutación de los materiales del combustible irradiado en una nueva generación de reactores convertidores avanzados de rápido espectro enfriados por sodio, para extraer su valor energético y hacer más manejables los desechos nucleares definitivos con un depósito único; 2) la separación de los elementos del combustible nuclear irradiado procedentes de la flota de reactores enfriados por agua en uranio, componentes reusables, y desechos resultantes de la fisión, mediante un procedimiento de extracción del uranio llamado UREX+, que no separa el plutonio apto para usos bélicos; y 3) el diseño, puesta en práctica y demostración de tecnologías de reciclado de combustible y fabricación de combustible para los reactores convertidores.

Perspectivas

Estamos en la víspera del renacer de la energía nuclear, basado en el continuo funcionamiento económico y en condiciones de seguridad de las 103 centrales nucleares de Estados Unidos y señalado por los esperados anuncios a corto plazo de varios encargos de centrales nucleares que se construirán en los próximos 10 años. A largo plazo, nuestros laboratorios nacionales están trabajando con las universidades y la industria del país así como con la comunidad internacional, para producir la próxima generación de sistemas avanzados de energía nuclear, que serán aun más económicos, seguros y sostenibles, con un ciclo de combustible cerrado que convertirá una cantidad considerablemente mayor de combustible nuclear para extraer mucha más energía, mientras reduce al mínimo la cantidad de desechos nucleares. La energía nuclear tiene un lugar importante en el futuro de la energía de Estados Unidos, al suministrar combustibles económicos, limpios y sostenibles para los transportes y la generación de electricidad.

Saludos
Rodrigo González Fernández
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Protocolo de Montreal puede ser modelo para abordar cambio climático

Protocolo de Montreal puede ser modelo para abordar cambio climático

Tratado tiene en cuenta nuevo conocimiento y economías en desarrollo

Foto ampliada
Gráfica de NOAA muestra la capa de ozono sobre el Polo Sur. (© AP Images)
Gráfica de NOAA muestra la capa de ozono sobre el Polo Sur. (© AP Images)

Este es el segundo de una serie de dos artículos sobre el Protocolo de Montreal y el ozono estratosférico.

Washington – El Protocolo de Montreal relativo a las sustancias que agotan la capa de ozono, elaborado hace 20 años y considerado hasta el momento un éxito entre científicos y gobiernos, fue diseñado para considerar los nuevos descubrimientos científicos y la amplia diversidad de realidades económicas que existen en los países desarrollados y en desarrollo.

El acuerdo, ratificado por 191 países con el fin de proteger la capa de ozono, que a su vez protege a la Tierra contra la peligrosa radiación solar ultravioleta, es, según algunos científicos, un buen modelo para atender otro problema ambiental: el cambio climático y la acumulación atmosférica de los gases de efecto invernadero.

"Lo que fue muy interesante es que el protocolo mismo pedía una reevaluación periódica del conocimiento científico", dijo Guy Brasseur, director adjunto del Centro Nacional de Investigación Atmosférica de Estados Unidos (NCAR) en el Laboratorio de Sistemas Solares y Terrestres, al Servicio Noticioso desde Washington. "No era un protocolo rígido, sino que podía evolucionar con el tiempo dependiendo de la información que se originara de la ciencia. Era único".

En 1974, los científicos descubrieron que las emisiones de clorofluorocarbono (CFC) agotaban la capa de ozono en la estratosfera. En la década de 1980, los científicos observaron una disminución de la capa de ozono sobre la zona antártica que la gente denominó un agujero en la capa de ozono. En 1987, unos 24 países firmaron la primera versión del Protocolo de Montreal. (Véase artículo relacionado).

Los países que han ratificado el protocolo se comprometen a cumplir objetivos estrictos con plazos concretos para reducir las casi 100 sustancias controladas por el tratado. Dichas sustancias contienen bromo y cloro, sustancias químicas que agotan la capa de ozono, así como CFC e hidroclorofluorocarbonos (HCFC).

En los años noventa, los HCFC se consideraban sustancias químicas en transición para uso como sustitutos de CFC, porque eran menos eficaces al agotar la capa de ozono que los CFC. No obstante, también está programada la eliminación paulatina de los HCFC,  para el año 2030 en países desarrollados y para el 2040 en países en desarrollo.

DOCUMENTO DINÁMICO

Desde enero de 1989, fecha en que entró en vigor el pacto, los representantes de las partes en el Protocolo de Montreal se reunieron 19 veces en diferentes países, la más reciente en Montreal. del 12 al 21 de septiembre.

En esa reunión, después de una propuesta y un fuerte respaldo de Estados Unidos, los 191 participantes que conforman el tratado convinieron en adelantar una década la eliminación de la producción de HCFC que agotan la capa de ozono. El acuerdo final combina alternativas propuestas por Argentina y Brasil; Noruega y Suiza; Estados Unidos; Mauritania, la República de Mauricio y los Estados Federados de Micronesia.

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El físico de NOAA Dan Endres en Barrow, Alaska, afina un dispositivo usado para medir ozono. (© AP Images)
El físico de NOAA Dan Endres en Barrow, Alaska, afina un dispositivo usado para medir ozono. (© AP Images)

Concretamente, las partes acordaron que los países desarrollados adelantarán la producción y consumo básico de HCFC de 2015 a entre 2009 y 2010, y detendrán la producción y consumo de HCFC en 2013, en vez de 2016.

Los países en desarrollo reducirán su producción y consumo de HCFC en diez por ciento en 2015, 35 por ciento en 2020 y 67,5 por ciento en 2025, hasta eliminarla por completo en 2030. Los países desarrollados eliminarán progresivamente la producción de HCFC en 2020 y reducirán en 75 por ciento su consumo en 2010 y 90 por ciento en 2015.

El impacto general será reducir en aproximadamente un 47 por ciento las emisiones de sustancias químicas que agotan la capa de ozono.

"Cuando se piensa sobre el asunto climático, que es otro asunto ambiental, hay que preguntarse si la gente que se encarga de ello debería o no aprender un poco sobre la historia de éxito de la investigación, agotamiento y recuperación de la capa de ozono".

MODELO IMPORTANTE

Desde 1990, con la finalidad de ayudar a los países en desarrollo a cumplir con sus obligaciones de reducción de emisiones de conformidad con el tratado ambiental, el Fondo Multilateral para la Aplicación del Protocolo de Montreal y cuatro organismos de ejecución –el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial y el Banco Mundial– han proporcionado apoyo.

Hacia finales de 2005, el fondo aprobó más de 5.000 proyectos y actividades en más de 140 países. Se espera que esos esfuerzos, una vez que se lleven a la práctica, eliminen el consumo anual de casi 224.000 toneladas métricas y la producción anual de casi 138.000 toneladas métricas de sustancias que agotan la capa de ozono.

"Los países desarrollados tomaron la responsabilidad de ayudar a los países en desarrollo", afirmó Anne Douglass, científica adjunta de proyecto para la nave espacial Aura de la NASA, al Servicio Noticioso, "y se trata de un modelo realmente importante". Los instrumentos de Aura vigilan la composición química de la atmósfera y recaban información que ayuda a los investigadores a entender mejor la química del ozono por medio de modelos computacionales".

El fondo multilateral fue el primer mecanismo financiero creado bajo un tratado internacional.

Como parte del acuerdo que se concretó en septiembre, las partes acordaron que el financiamiento del fondo multilateral que se destina a países en desarrollo será estable y suficiente para permitir a esas naciones cumplir con el programa acelerado de eliminación paulatina.

Richard Stolarski, un científico de investigación en el Centro Goddard de Vuelos Espaciales de la NASA en Maryland, dijo al Servicio Noticioso que "es poco común que los países del mundo elaboren un protocolo en el que participen desde países desarrollados, países en desarrollo y países intermedios, hasta países ecuatoriales, de latitudes elevadas y estados insulares, y que se reúnan cada cierto tiempo para debatir de manera racional lo que se percibe como algo que hará del mundo un lugar mejor. Es excepcional".

Para más información sobre el Protocolo de Montreal, consulte el sitio de Internet de PNUMA. Para información adicional, en inglés, sobre los avances para proteger la capa de ozono, consulte el sitio web de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA).

Véase también el artículo "Incierto el efecto del cambio climático en recuperación de la capa de ozono".

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Preocupan los riesgos a la salud debido al cambio climático

Preocupan los riesgos a la salud debido al cambio climático

Varios fenómenos amenazan la seguridad de la salud mundial

Washington --  Los riesgos a la salud pública, debido a las inundaciones, ondas térmicas y sequías atribuidas al cambio climático, concitan la méxima atención de organizaciones y funcionarios internacionales en todo el mundo.

Se pronostica que el resultado sea una variedad de problemas de salud por las temperaturas cada vez más elevadas en el mundo y en especial en los países en desarrollo, de acuerdo con El cambio climático 2007: impacto, adaptación y vulnerabilidad, segunda parte del reporte de la cuarta evaluación del Grupo Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC).

"La salud de las personas, animales y el medio ambiente que nos rodea afecta la salud de todos los individuos", dijo Julie Gerberding, directora de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), en una declaración el 23 de octubre ante la Comisión del Senado sobre Medio Ambiente y Obras Públicas. "Muchas tendencias dentro de este sistema ecológico, grande e interdependiente, incluyendo al cambio climático, afectan a la salud pública en una escala mundial".

Ese mismo día en Ginebra, la Organización Mundial de la Salud (OMS) anunció que su lema para el Día Mundial de la Salud el 7 de abril de 2008 será "proteger a la salud del cambio climático".

"Necesitamos poner el tema de la salud pública como el tema principal de la agenda del cambio climático", dijo en una declaración dijo Margaret Chan, directora general de la OMS. "Esto incluye movilizar a los gobiernos y organizaciones involucradas para colaborar en reforzar la vigilancia y control de enfermedades infecciosas, el uso más seguro de abastecimientos de agua cada vez más reducidos y las acciones de control de salud durante situaciones de emergencia". 

UN MUNDO CADA VEZ MÁS CALIENTE

"El calentamiento del sistema climático es inequívoco", se indica en el reporte del Resumen para Legisladores realizado por IPCC y publicado el 1º de febrero. La mayor parte del del calentamiento de los últimos 50 años "es debido probablemente al aumento en las concentraciones de gases de efecto invernadero" y la actividad humana "es muy probable" que sea la fuente de estos gases", señala el reporte.

El reporte concluye explicando que hay un 90 por ciento de certidumbre en que el reciente y rápido cambio climático es el resultado del aumento en las concentraciones atmosféricas mundiales de gases de efecto invernadero como el dióxido de carbono, el metano y el óxido nitroso, generados posiblemente por las emisiones del uso humano de combustibles fósiles.

Como causa del calentamiento, cada vez es más la evidencia que muestra cambios perceptibles y físicamente consistentes. Estos incluyen el aumento en el promedio de la temperatura del aire mundial y en las temperaturas atmosféricas sobre la superficie, el aumento en la temperatura del agua oceánica superficial y subterránea, un extenso derretimiento de nieve, reducción en la extensión y el grosor del hielo en el océano Ártico, las reducciones en la extensión de glaciares y pequeñas capas de hielo así como un aumento en el nivel medio mundial del mar.

En tierra, dicha variabilidad y cambio climático pueden aumentar la incidencia e intensidad de eventos naturales tales como ondas térmicas, inundaciones, sequías y tormentas, que afecten directamente a la salud de millones de personas.

EL CLIMA Y LA SALUD

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Una inundación en Mozambique muestra las consecuencias potencialmente devastadoras del calentamiento mundial. (© AP Images)
Una inundación en Mozambique muestra las consecuencias potencialmente devastadoras del calentamiento mundial. (© AP Images)

De acuerdo con IPCC, la salud esta en riesgo debido a una variedad de causas relacionadas con el clima, inclusive el aumento en la desnutrición y subsecuentes trastornos; muertes, enfermedades y lesiones debidas a ondas térmicas, inundaciones, tormentas, incendios y sequías; enfermedades diarreicas; y un cambio en la cantidad de algunos insectos portadores de infecciones (por ejemplo, mosquitos y garrapatas). 

"La OMS ha llevado a cabo revisiones cualitativas y evaluaciones cuantitativas de los riesgos de salud causados por el cambio climático", afirmó David Heymann, director general adjunto para enfermedades transmisibles, en una declaración escrita a la comisión del Senado. "La organización concluye que los peligros a la salud causados por el cambio climático son importantes, de una amplia variedad, están distribuidos por todo el mundo y son difíciles de revertir".

Se espera también que el cambio climático tenga efectos combinados, incluyendo una disminución o aumento de la variedad y transmisión potencial de malaria en África, así como algunos beneficios tales como menos muertes por exposición al frío.

"En general, se espera que estos beneficios sean superados por los efectos negativos a la salud debido al aumento en las temperaturas en todo el mundo, en especial en los países en desarrollo", indica el reporte.

"El resultado de los impactos positivos y negativos a la salud variará de un lugar a otro", continua el reporte, "y será alterado a medida que pasa el tiempo y las temperaturas continúen en aumento. De vital importancia serán los factores que afecten directamente a la salud de los pueblos tales como la educación, el cuidado a la salud y el desarrollo económico, infraestructura y sistemas de prevención de los sectores de salud pública.

RIESGOS MÁS GRANDES

De acuerdo con la OMS, los riesgos más grandes son para las poblaciones que viven en islas pequeñas de estados en desarrollo, regiones montañosas, regiones con estrés acuático, mega ciudades de naciones en desarrollo (en específico las mega ciudades asiáticas localizadas entre las desembocaduras de ríos), los pobres así como aquellas personas que reciben poco apoyo de los servicios de salud.

"Debido a que un nivel de cambio climático es ahora inevitable", expresó Heymann, "será necesario reforzar los sistemas de salud para proteger a la salud pública de riesgos relacionados".

El reforzamiento de los sistemas de salud debe incluir un mayor énfasis en factores ambientales y socioeconómicos que representen riesgos a la salud así como acciones que ya forman parte del sector salud, tales como la protección ambiental, la vigilancia y respuesta a enfermedades y las acciones para proteger a la salud en casos de crisis.

Estas podrían ser apoyadas por intervenciones específicas climáticas durante ondas térmicas o enfermedades transmitidas por animales que portan infecciones, y apoyar medidas alternativas de desarrollo enfocadas a mejorar la salud en sectores tales como la agricultura y la administración hidráulica.

"Existe un vínculo muy estrecho entre la salud y el medio ambiente" dijo Gerberdine, de CDC. "Debido a esta vinculación, es importante también que se consideren los efectos potenciales a la salud causados por soluciones ambientales". 

El texto completo del reporte de la cuarta evaluación de IPCC, en inglés, está disponible en el sitio de Internet de la organización.

Para más información sobre el cambio climático y la salud humana, en inglés, consulte el sitio de Internet de OMS.

 

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Medio ambiente

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LAS ENERGÍAS RENOVABLES SON EL FUTURO
lunes, 15 de noviembre de 2004

La edad de piedra no acabó por falta de piedras, y la era de los combustibles fósiles tampoco terminará por el agotamiento del petróleo, el gas natural y el carbón. Las energías renovables solucionarán muchos de los problemas ambientales, como el cambio climático, los residuos radiactivos, las lluvias ácidas y la contaminación atmosférica. Pero para ello hace falta voluntad política y dinero. En 2003 el consumo mundial de energía superó los 10.500 millones de toneladas equivalentes de petróleo (Mtep): 2.400 Mtep de carbón, 3.600 Mtep de petróleo, 2.300 Mtep de gas natural, 610 Mtep de nuclear, 590 Mtep de hidroeléctrica y cerca de 950 Mtep de biomasa, fundamentalmente leña, y cantidades aún pequeñas de geotermia, solar y eólica.

La producción, transformación y consumo final de tal cantidad de energía es la causa principal de la degradación ambiental. El consumo está muy desigualmente repartido, pues los países de la OCDE, con el 15% de la población mundial, consumen el 60% de la energía, factor este último a tener en cuenta a la hora de repartir responsabilidades de la crisis ambiental.
El consumo de energía primaria en España ha pasado de 88 Mtep en 1990 a 132,6 Mtep en el año 2003 (un 50,7% de aumento), año en el que la dependencia energética alcanzó el 78%, a pesar de que en la producción nacional se incluye por razones metodológicas muy discutibles la energía nuclear. Si se cumplen las previsiones del anterior gobierno del PP las emisiones de dióxido de carbono de origen energético aumentarán un 58% entre 1990 y 2010, en el escenario más favorable, lo que hace matemáticamente imposible cumplir el Protocolo de Kioto. La producción, transformación y uso final de tal cantidad de energía también en España es la causa principal de la degradación ambiental: 9 centrales nucleares en funcionamiento y una cerrada definitivamente, un grave problema de residuos radiactivos sin resolver, cerca de un millar de embalses que han anegado de forma irreversible 3.000 kilómetros cuadrados, y las emisiones de gases de invernadero, que representan el 77,73% del total. Además se emiten 2,4 millones de toneladas de dióxido de azufre y 1,3 millones de toneladas de óxidos de nitrógeno. Al ritmo actual de extracción, las reservas estimadas de carbón durarán 1.500 años, las de gas natural 120 y las de petróleo no menos de 60 años. La mejora de las tecnologías de extracción incrementará la duración de las reservas, al acceder a las zonas marítimas profundas. No existe un problema de agotamiento de los combustibles fósiles en un horizonte inmediato, aunque el consumo actual es 100.000 veces más rápido que su velocidad de formación; la verdadera cuestión es la de los sumideros, como la atmósfera, donde se acumula el dióxido de carbono y otros gases de invernadero, con el subsiguiente calentamiento. Los altos precios del petróleo agravan la situación, aunque conviene recordar que son muy inferiores a los de 1980, año en que se llegó a 80 dólares el barril a precios actuales, pasando el dólar de entonces al de hoy, teniendo en cuenta la inflación. La grave crisis ambiental, el agotamiento de los recursos y los desequilibrios entre el Norte y el Sur, son factores que obligan a acometer una nueva política energética. A corto plazo la prioridad es incrementar la eficiencia energética, pero ésta tiene unos límites económicos y termodinámicos, por lo que a más largo plazo sólo el desarrollo de las energías renovables permitirá resolver los grandes retos del futuro. Las energías renovables son la única solución sostenible, y la energía nuclear, de fisión o fusión, sólo agravaría la situación y conducen a un camino sin salida, de proliferación nuclear y generación de residuos radiactivos. ¿Qué son las energías renovables?Bajo la denominación de energías renovables, alternativas o blandas, se engloban una serie de fuentes energéticas que a veces no son nuevas, como la leña o las centrales hidroeléctricas, ni renovables en sentido estricto (geotermia), y que no siempre se utilizan de forma blanda o descentralizada, y su impacto ambiental puede llegar a ser importante, como los embalses para usos hidroeléctricos o los monocultivos de biocombustibles. Actualmente suministran un 20% del consumo mundial (las estadísticas no suelen reflejar su peso real), siendo su potencial enorme, aunque dificultades de todo orden han retrasado su desarrollo en el pasado.
Con la excepción de la geotermia, la totalidad de las energías renovables derivan directa o indirectamente de la energía solar. Directamente en el caso de la luz y el calor producidos por la radiación solar, e indirectamente en el caso de las energías eólica, hidráulica, mareas, olas y biomasa, entre otras. Las energías renovables, a lo largo de la historia y hasta bien entrado el siglo XIX, han cubierto la práctica totalidad de las necesidades energéticas del hombre. Sólo en los últimos cien años han sido superadas, primero por el empleo del carbón, y a partir de 1950 por el petróleo y en menor medida por el gas natural. La energía nuclear, con 441 centrales nucleares en 2003, con una potencia instalada de 360 GW, cubre una parte insignificante del consumo mundial, y a pesar de algunas previsiones optimistas, su papel será siempre marginal. Aún hoy, para más de dos mil millones de personas de los países del Sur, la principal fuente energética es la leña, afectada por una auténtica crisis energética, a causa de la deforestación y del rápido crecimiento demográfico. La biomasa, y fundamentalmente la leña, suministra un 14% del consumo mundial, cifra que en los países del Sur se eleva al 35% globalmente, aunque en Tanzania llega al 90% y en India supera el 50%; en el país más rico, Estados Unidos, representa el 4% del consumo global, porcentaje superior al de la energía nuclear, en la Unión Europea el 3,7% y en España el 3%. En 1999 se aprobó el Plan de Fomento de las Energías Renovables en España, donde se establecían los objetivos para el año 2010. Dado el desarrollo actual, el Plan no se cumplirá, aunque el IDAE ha revisado al alza los objetivos e intenta crear las condiciones que permitan recuperar el tiempo perdido. Las energías renovables en el año 2003 representaron el 6% del consumo de energía primaria, cifra muy alejada del 12% que se quiere alcanzar en 2010. El Plan de 1999 y la Directiva 2001/77/CE prevén producir el 29,4% del total de la electricidad en 2010 con renovables. El sol sale para todosLa energía solar absorbida por la Tierra en un año es equivalente a 20 veces la energía almacenada en todas las reservas de combustibles fósiles en el mundo y diez mil veces superior al consumo actual. El sol es la única fuente de materia orgánica y de energía vital de la Tierra, y aunque a veces nos pasa desapercibido, ya hoy estamos utilizando masivamente la energía solar, en forma de alimentos, leña o energía hidroeléctrica. Los mismos combustibles fósiles, cuya quema está en el origen del deterioro ambiental, no son otra cosa que energía solar almacenada a lo largo de millones de años. La fotosíntesis es hoy el empleo más importante de la energía solar, y la única fuente de materia orgánica, es decir, de alimentos y biomasa. Aunque todas las fuentes energéticas, salvo la geotermia y la nuclear, proceden del sol, en la acepción actual el término solar tiene un significado restringido al empleo directo de la energía del sol, ya sea en forma de calor o de luz. El sol sale para todos cada día y seguirá enviándonos asombrosas cantidades de calor y de energía, ajeno al aprovechamiento que podamos hacer de ella. Su mayor virtud es también su mayor defecto, al tratarse de una forma de energía difusa y poco concentrada, y de ahí las dificultades que entraña el aprovechamiento directo de la radiación solar, en una sociedad en la que el consumo de energía se concentra en unas pocas fábricas industriales y grandes metrópolis. La distribución de la radiación solar registra grandes variaciones geográficas, pues va desde dos kWh por m2 y día en el norte de Europa a 8 kWh por m2 en el desierto del Sahara. Igualmente importantes son las variaciones diarias y estacionales de la radiación solar, y sus dos componentes, la radiación directa y la difusa. La radiación directa es la recibida del sol cuando el cielo está despejado, y la difusa la que resulta de reflejarse en la atmósfera y las nubes. Algunos equipos utilizan ambas, y otros sólo la directa, como es el caso de las centrales de torre.
El aprovechamiento de la energía solar puede ser indirecto, a través del viento (eólica) y la evaporación del agua (hidráulica), entre otras formas, o directo, mediante la captación térmica activa o pasiva y merced a la captación fotónica. Ejemplo de esta última es la captación fotoquímica que realizan las plantas, y el efecto fotoeléctrico, origen de las actuales células fotovoltaicas. Los únicos impactos negativos se podrían dar en el caso hipotético de grandes centrales solares en el espacio, y en menor medida en las centrales de torre central, debido al empleo en éstas de sustancias potencialmente contaminantes, utilizadas para la acumulación y transmisión del calor. Otro posible efecto es el uso del territorio, debido a las grandes superficies requeridas, aunque un país como España podría resolver todas sus necesidades de electricidad con apenas 1.000 km2, el 0,2 % de su territorio. HidrógenoLa producción de hidrógeno es un proceso aún inmaduro tecnológicamente y costoso, por lo que se requerirán enormes inversiones en investigación. Cuando se llegue a producir hidrógeno comercialmente, dentro de 10 o 20 años, y a partir de factores tan abundantes como son el agua y la energía solar y eólica, los problemas energéticos y ambientales quedarán resueltos, pues el hidrógeno, a diferencia de otros combustibles, no es contaminante. El hidrógeno se produce por electrólisis, proceso que requiere grandes cantidades de electricidad, la cual puede obtenerse merced a las células fotovoltaicas y a los aerogeneradores, almacenando de esta forma la energía solar y eólica. En cualquier caso en las próximas décadas entraremos en una economía basada en el hidrógeno como combustible secundario o vector energético; su combustión apenas contamina. La energía primaria para su obtención será la solar y la eólica, y la conversión se hará en pilas de combustible, lo que supondrá una gran revolución. Hacia el año 2020 se espera que la mayor parte de los vehículos funcionen con pilas de combustible.
Desde la antigua Grecia a hoyEl uso pasivo de la energía solar se inició en un pasado muy lejano. En la antigua Grecia Sócrates señaló que la casa ideal debería ser fresca en verano y cálida en invierno, explicando que "en las casas orientadas al sur, el sol penetra por el pórtico en invierno, mientras que en verano el arco solar descrito se eleva sobre nuestras cabezas y por encima del tejado, de manera que hay sombra". En la época de los romanos, la garantía de los derechos al sol quedó incorporada en la ley romana, y así, el Código de Justiniano, recogiendo códigos anteriores, señalaba que "si un objeto está colocado en manera de ocultar el sol a un heliocaminus, debe afirmarse que tal objeto crea sombra en un lugar donde la luz solar constituye una absoluta necesidad. Esto es así en violación del derecho del heliocaminus al sol". Arquímedes, 212 años antes de Cristo, según la leyenda, utilizó espejos incendiarios para destruir los barcos romanos que sitiaban Siracusa. Roger Bacon, en el siglo trece, propuso al Papa Clemente IV el empleo de espejos solares en las Cruzadas, pues "este espejo quemaría ferozmente cualquier cosa sobre la que se enfocara. Debemos pensar que el Anticristo utilizará estos espejos para incendiar ciudades, campos y armas". En 1839, el científico francés Edmund Becquerel descubre el efecto fotovoltaico y en 1954 la Bell Telephone desarrolla las primeras células fotovoltaicas, aplicadas posteriormente por la NASA a los satélites espaciales Vanguard y Skylab, entre otros. La llamada arquitectura bioclimática, heredera del saber de la arquitectura popular, es la adaptación de la edificación al clima local, reduciendo considerablemente el gasto en calefacción y refrigeración, respecto a la actual edificación. Es posible conseguir, con un consumo mínimo, edificios confortables y con oscilaciones de temperatura muy pequeñas a lo largo del año, aunque en el exterior las variaciones climáticas sean muy acusadas. El diseño, la orientación, el espesor de los muros, el tamaño de las ventanas, los materiales de construcción empleados y el tipo de acristalamiento, son algunos de los elementos de la arquitectura solar pasiva, heredera de la mejor tradición arquitectónica. Inversiones que rara vez superan el cinco por ciento del coste de la edificación, permiten ahorros energéticos de hasta un 80% del consumo, amortizándose rápidamente el sobrecoste inicial. El uso de la energía solar en la edificación presupone la desaparición de una única tipología constructiva, utilizada hoy desde las latitudes frías del norte de Europa hasta el Ecuador. Si la vivienda no se construye adaptada al clima, calentarla o refrigerarla siempre será un grave problema que costará grandes cantidades de energía y dinero.
El colector solarEl colector solar plano, utilizado desde principios de siglo para calentar el agua hasta temperaturas de 80 grados centígrados, es la aplicación más común de la energía térmica del sol. Países como Alemania, Austria, Japón, Israel, Chipre o Grecia han instalado varios millones de unidades.
Los elementos básicos de un colector solar plano son la cubierta transparente de vidrio y una placa absorbente, por la que circula el agua u otro fluido caloportador. Otros componentes del sistema son el aislamiento, la caja protectora y un depósito acumulador. Cada metro cuadrado de colector puede producir anualmente una cantidad de energía equivalente a unos ochenta kilogramos de petróleo.
Las aplicaciones más extendidas son la generación de agua caliente para hogares, piscinas, hospitales, hoteles y procesos industriales, y la calefacción, empleos en los que se requiere calor a bajas temperaturas y que pueden llegar a representar más de una décima parte del consumo. A diferencia de las tecnologías convencionales para calentar el agua, las inversiones iniciales son elevadas y requieren un periodo de amortización comprendido entre 5 y 7 años, si bien, como es fácil deducir, el combustible es gratuito y los gastos de mantenimiento son bajos.
Más sofisticados que los colectores planos son los colectores de vacío y los colectores de concentración, más caros, pero capaces de lograr temperaturas más elevadas, lo que permite cubrir amplios segmentos de la demanda industrial e incluso producir electricidad. Los colectores solares de concentración lineal son espejos cilindroparabólicos, que disponen de un conducto en la línea focal por el que circula el fluido caloportador, capaz de alcanzar los 400 grados centígrados. Con tales temperaturas se puede producir electricidad y calor para procesos industriales. En Estados Unidos operan más de cien mil metros cuadrados de concentradores lineales, y la empresa "Luz Internacional" instaló en California seis centrales para producir electricidad, con una potencia de 354 MW eléctricos (1 MW=1.000 kW), y unos rendimientos satisfactorios. El coste del kWh asciende a 15 céntimos de dólar, todavía superior al convencional, pero interesante en numerosas zonas alejadas de la red de distribución que tengan buena insolación. Las perspectivas son halagüeñas, a pesar de algunos fracasos, como probó la quiebra de Luz en 1991 y su posterior venta, y hoy hay varios proyectos en marcha en España e India, entre otros países. El plan del gobierno prevé producir 180 ktep en el año 2010 de solar termoeléctrica, con una potencia instalada de sólo 200 megavatios y una producción de 458,9 GWh/año. Los colectores puntuales son espejos parabólicos en cuyo foco se dispone un receptor, en el que se produce el calentamiento del fluido de transferencia, posteriormente enviado a una turbina centralizada, o se instala directamente un motor. Las llamadas centrales solares de torre central consisten en numerosos espejos de gran superficie (helióstatos) que, gracias a la orientación constante, concentran la radiación solar en un receptor de vapor situado en lo alto de una torre. El desarrollo de helióstatos de bajo coste, utilizando nuevos materiales como el poliéster, la fibra de vidrio o las membranas tensionadas de fibra de grafito y receptores más fiables y eficientes, abre nuevas posibilidades al empleo de la energía solar para la obtención de electricidad.
En España queda mucho por hacer en energía solar. Mientras que en el año 2002 sólo teníamos 522.561 metros cuadrados de colectores solares, en Alemania, con mucho menos sol y menos superficie, ¡tenían 3.365.000 metros cuadrados ya en 2000! En Grecia tenían 2.460.000 metros cuadrados y en Austria 2.170.000 metros cuadrados. Los objetivos son llegar a 336 ktep en 2010, instalando un total de 4.500.000 metros cuadrados adicionales. Las nuevas normativas municipales, que obligan a instalar colectores solares en todas las viviendas de nueva construcción o grandes rehabilitaciones, permitirán relanzar un mercado con enorme futuro. La demanda potencialmente atendible con colectores solares planos asciende a 6,1 Mtep. Células solaresLa producción de electricidad a partir de células fotovoltaicas es aún seis veces más cara que la obtenida en centrales de carbón, pero hace tan sólo dos décadas era veinte veces más. En 1960 el coste de instalar un solo vatio de células fotovoltaicas, excluyendo las baterías, transformadores y otros equipos auxiliares, ascendía a 2.000 dólares; en 1975 era ya sólo 30 dólares y en 2004 va de 2,62 dólares a 4,25, dependiendo de la cantidad y el tipo de instalación. Si en 1975 el kWh costaba más de 7 euros, el precio actual está entre 0,3 y 0,6 euros, lo que permite que el empleo de células fotovoltaicas para producir electricidad en lugares alejados de las redes de distribución ya compita con las alternativas existentes, como generadores eléctricos a partir del petróleo. Hoy, en Estados Unidos la producción de un kWh cuesta de 4 a 8 céntimos de dólar en una central de carbón, de 4 a 6 en los parques eólicos, de 5 a 10 en una de petróleo, de 12 a 15 en una central nuclear y de 25 a 40 céntimos utilizando células fotovoltaicas. En los próximos años se espera reducir el coste del kWh a 12 céntimos de euro antes de 2010 y a 4 céntimos para el año 2030. Claro que en los costes anteriores no se incluyen los resultados del deterioro causado al ambiente por las distintas maneras de producir la electricidad. El efecto fotovoltaico, descubierto por Becquerel en 1839, consiste en la generación de una fuerza electromotriz en un dispositivo semiconductor, debido a la absorción de la radiación luminosa. Las células fotovoltaicas convierten la energía luminosa del sol en energía eléctrica, con un único inconveniente: el coste económico todavía muy elevado para la producción centralizada. Sin embargo, las células fotovoltaicas son ya competitivas en todos aquellos lugares alejados de la red y con una demanda reducida, como aldeas y viviendas sin electrificar, repetidores de televisión, balizas, agricultura, faros, calculadoras y otros bienes de consumo. A lo largo de toda la década el mercado fotovoltaico creció a ritmos anuales superiores al 40%, y ya hay más de 2.500 megavatios instalados en todo el mundo. Se calcula que deberán instalarse aún otros 85.000 MWp, invirtiendo unos 50.000 millones de euros, para conseguir que la fotovoltaica sea competitiva en el mercado, lo que implica un precio de 1 euro por vatio. Para obtener una reducción del 20% del precio, se debe duplicar la producción, según la curva de experiencia o de aprendizaje. Actualmente la mayoría de las células fotovoltaicas son de silicio monocristalino de gran pureza, material obtenido a partir de la arena, muy abundante en la naturaleza. La purificación del silicio es un proceso muy costoso, debido a la dependencia del mercado de componentes electrónicos, que requiere una pureza (silicio de grado electrónico) superior a la requerida por las células fotovoltaicas. La obtención de silicio de grado solar, directamente del silicio metalúrgico, cuya pureza es del 98%, abarataría considerablemente los costes, al igual que la producción de células a partir del silicio amorfo u otros procedimientos, hoy en avanzado estado de investigación y cuyos resultados pueden ser decisivos en la próxima década. La multinacional BP produce células de alto rendimiento en su fábrica de Madrid, la denominada Saturno. El apoyo institucional, abriendo nuevos mercados, puede acortar el tiempo necesario para la plena competitividad de las células fotovoltaicas. La superficie ocupada no plantea problemas. En el área mediterránea se podrían producir 90 millones de kWh anuales por kilómetro cuadrado de superficie cubierta de células fotovoltaicas, y antes del año 2010, con los rendimientos previstos, se alcanzarán los 150 millones de kWh por km2. Por lo que se refiere al almacenamiento, la producción de hidrógeno por electrólisis y su posterior empleo para producir electricidad u otros usos, puede ser una óptima solución. El objetivo del gobierno era tener instalados 143,7 MWp (megavatios pico) en el año 2010, de ellos 135 MWp nuevos, de los que 61 MWp deberían instalarse antes de 2006 (el 15% en instalaciones aisladas y el 85% en instalaciones conectadas a la red). Entre 1998 y 2001 se instalaron sólo 6,9 MWp. Mientras en Alemania tenían 87,5 MWp (siete veces más que en España), gracias al programa 100.000 tejados solares, que prevé instalar 300 MWp entre 1999 y 2004. Incluso Holanda, con poco sol y superficie, tenía más potencia instalada (12,2 MWp). El precio del kWh fotovoltaico, con las primas, asciende a 0,397 euros (máximo) y a 0,217 euros (mínimo), frente a 0,72 y 0,35 en Austria, 0,48 en Alemania y 0,39 y 0,23 en Portugal. En España se fabricaron 50,85 MWp de células fotovoltaicas en 2002 (el 36% de la producción europea), destinados en casi un 90% a la exportación. Los dos mayores fabricantes son Isofotón y BP Solar, aunque en el sector operan 182 empresas, que emplean a más de 4.000 personas. Los precios de los módulos fotovoltaicos se han reducido mucho, desde 7,76 euros/Wp en 1990 a 3,3 euros/Wp en 2000. En España, con una radiación solar diaria superior en la casi totalidad del territorio a 4 kWh por metro cuadrado, el potencial es inmenso. Sólo en los tejados de las viviendas españolas se podrían producir anualmente 180 TWh. En el mundo, según el informe "Solar Generation" de la Asociación de la Industria Fotovoltaica Europea y Greenpeace, se debería llegar a 276 TWh en el año 2020, con unas inversiones anuales de 75.000 millones de euros.
Ríos de energíaLa energía hidroeléctrica se genera haciendo pasar una corriente de agua a través de una turbina. La electricidad generada por una caída de agua depende de la cantidad y de la velocidad del agua que pasa a través de la turbina, cuya eficiencia puede llegar al 90%. El aprovechamiento eléctrico del agua no produce un consumo físico de ésta, pero puede entrar en contradicción con otros usos agrícolas o de abastecimiento urbano, y sobre todo, las grandes centrales tienen un gran impacto ambiental. Las centrales hidroeléctricas en sí mismas no son contaminantes; sin embargo, su construcción produce numerosas alteraciones del territorio y de la fauna y flora: dificulta la migración de peces, la navegación fluvial y el transporte de elementos nutritivos aguas abajo, provoca una disminución del caudal del río, modifica el nivel de las capas freáticas, la composición del agua embalsada y el microclima, y origina el sumergimiento de tierras cultivables y el desplazamiento forzado de los habitantes de las zonas anegadas. En la mayoría de los casos es la forma más barata de producir electricidad, aunque los costes ambientales no han sido seriamente considerados.
El potencial eléctrico aún sin aprovechar es enorme. Apenas se utiliza el 17% del potencial a nivel mundial, con una gran disparidad según los países. Europa ya utiliza el 60% de su potencial técnicamente aprovechable. Los países del tercer mundo solamente utilizan del 8% de su potencial hidráulico. En España el potencial adicional técnicamente desarrollable podría duplicar la producción actual, alcanzando los 65 TWh anuales, aunque los costes ambientales y sociales serían desproporcionados. Las minicentrales hidroeléctricas causan menos daños que los grandes proyectos, y podrían proporcionar electricidad a amplias zonas que carecen de ella. El Plan de Fomento fija como objetivo 720 nuevos MW, hasta alcanzar los 2.230 MW. Entre 1998 y 2001 se han puesto en funcionamiento 95,4 MW, por lo que al ritmo actual no se alcanzará el objetivo, a causa sobre todo de las barreras administrativas y el impacto ambiental. En el año 2001 la potencia de las centrales hidráulicas con menos de 10 MW ascendió a 1.607,3 MW y la producción llegó a 4.825 GWh, y en la gran hidráulica la potencia fue de 16.399,3 MW y la producción fue de 39.014 GWh. Hay que recordar que el año 2001 fue excepcional, pues llovió mucho más de lo usual. Energía eólica La energía eólica es una variante de la energía solar, pues se deriva del calentamiento diferencial de la atmósfera y de las irregularidades de relieve de la superficie terrestre. Sólo una pequeña fracción de la energía solar recibida por la Tierra se convierte en energía cinética del viento y sin embargo ésta alcanza cifras enormes, superiores en varias veces a todas las necesidades actuales de electricidad. La energía eólica podría proporcionar cinco veces más electricidad que el total consumido en todo el mundo, sin afectar a las zonas con mayor valor ambiental. La potencia que se puede obtener con un generador eólico es proporcional al cubo de la velocidad del viento; al duplicarse la velocidad del viento la potencia se multiplica por ocho, y de ahí que la velocidad media del viento sea un factor determinante a la hora de analizar la posible viabilidad de un sistema eólico. La energía eólica es un recurso muy variable, tanto en el tiempo como en el lugar, pudiendo cambiar mucho en distancias muy reducidas. En general, las zonas costeras y las cumbres de las montañas son las más favorables y mejor dotadas para el aprovechamiento del viento con fines energéticos. La conversión de la energía del viento en electricidad se realiza por medio de aerogeneradores, con tamaños que abarcan desde algunos vatios hasta los 5.000 kilovatios (5 MW). Los aerogeneradores se han desarrollado intensamente desde la crisis del petróleo en 1973, habiéndose construido desde entonces más de 150.000 máquinas. La capacidad instalada era de 40.000 MW en 2003, concentrada en Alemania, España, Estados Unidos y Dinamarca. En 2004 ya es competitiva la producción de electricidad en los lugares donde la velocidad media del viento supera los 4 metros por segundo. Se espera que dentro de unos pocos años también las máquinas grandes instaladas en el mar lleguen a ser rentables. La energía eólica no contamina y su impacto ambiental es muy pequeño comparado con otras fuentes energéticas. De ahí la necesidad de acelerar su implantación en todas las localizaciones favorables, aunque procurando reducir las posibles repercusiones negativas, especialmente en las aves y en el paisaje, en algunas localizaciones. El carbón, y posteriormente la electricidad, dieron al traste con el aprovechamiento del viento hasta la crisis energética de 1973, año en que suben vertiginosamente los precios del petróleo y se inicia el renacimiento de una fuente cuya aportación en las próximas décadas, puede llegar a cubrir el 20 por ciento de las necesidades mundiales de electricidad sin cambios en la gestión de la red de distribución. En el año 2004 la potencia eólica en España superará los 7.000 MW. El precio del kWh en España era de 0,0628 euros en el sistema de precios fijo o de 0,066 del pool más incentivo (0,037 del llamado precio pool y 0,0289 de compensaciones), frente a los 0,09 de Alemania, y es uno de los más bajos de la Unión Europea, pero el sistema de apoyo al precio ha demostrado su eficacia en Alemania y en España. Desde 1996 a 2002 el precio de la tarifa eólica para los productores acogidos al Real Decreto 2366/94 ha bajado un 36,94%. Los costes de la eólica son ya competitivos con los de las energías convencionales: unos 900 euros el KW instalado.
En el año 2010 en España llegaremos a 20.000 MW, y en el año 2040 podemos llegar sin problemas a 100.000 MW, produciendo gran parte de la electricidad que consumimos, y también hidrógeno, pero para ello se deben superar ciertas dificultades para integrar la eólica en la red eléctrica, y superar la oposición irracional a los nuevos parques eólicos. Cada kWh eólico permitiría ahorrar un kilogramo de CO2, entre otras sustancias contaminantes. La eólica es la manera más económica de reducir las emisiones contaminantes y avanzar hacia la sostenibilidad. Energía geotérmicaEl gradiente térmico resultante de las altas temperaturas del centro de la Tierra (superiores a los mil grados centígrados), genera una corriente de calor hacia la superficie, corriente que es la fuente de la energía geotérmica. El valor promedio del gradiente térmico es de 25 grados centígrados por cada kilómetro, siendo superior en algunas zonas sísmicas o volcánicas. Los flujos y gradientes térmicos anómalos alcanzan valores máximos en zonas que representan en torno a la décima parte de las tierras emergidas: costa del Pacífico en América, desde Alaska hasta Chile, occidente del Pacífico, desde Nueva Zelanda a Japón, el este de África y alrededor del Mediterráneo. El potencial geotérmico almacenado en los diez kilómetros exteriores de la corteza terrestre supera en 2.000 veces a las reservas mundiales de carbón. La explotación comercial de la geotermia, al margen de los tradicionales usos termales, comenzó a finales del siglo XIX en Lardarello (Italia), con la producción de electricidad. Hoy son ya 22 los países que generan electricidad a partir de la geotermia, con una capacidad instalada de unos 8.000 MW, equivalente a ocho centrales nucleares de tamaño grande. Estados Unidos, Filipinas, México, Italia y Japón, en este orden, son los países con mayor producción geotérmica.
Actualmente, una profundidad de perforación de 3.000 metros constituye el máximo económicamente viable; otra de las limitaciones de la geotermia es que las aplicaciones de ésta, electricidad o calor para calefacciones e invernaderos, deben encontrarse en las proximidades del yacimiento en explotación. La geotermia puede llegar a causar algún deterioro al ambiente, aunque la reinyección del agua empleada en la generación de electricidad minimiza los posibles riesgos. Los países con mayores recursos, en orden de importancia, son China, Estados Unidos, Canadá, Indonesia, Perú y México. El potencial geotérmico español es de 600 ktep anuales, según una estimación muy conservadora del Instituto Geominero de España. Para el año 2010 se pretende llegar a las 150 Ktep. Los usos serían calefacción, agua caliente sanitaria e invernaderos, no contemplándose la producción de electricidad. Biomasa La utilización de la biomasa es tan antigua como el descubrimiento y el empleo del fuego para calentarse y preparar alimentos, utilizando la leña. Aún hoy, la biomasa es la principal fuente de energía para usos domésticos empleada por más de 2.000 millones de personas en el Tercer Mundo. Los empleos actuales son la combustión directa de la leña y los residuos agrícolas y la producción de alcohol como combustible para los automóviles en Brasil. Los recursos potenciales son ingentes, superando los 120.000 millones de toneladas anuales, recursos que en sus dos terceras partes corresponden a la producción de los bosques. ¿Es la biomasa una energía alternativa? A lo largo y ancho del planeta el consumo de leña está ocasionando una deforestación galopante. En el caso del Brasil se ha criticado el empleo de gran cantidad de tierras fértiles para producir alcohol que sustituya a la gasolina en los automóviles, cuando la mitad de la población de aquel país está subalimentada. Por otra parte, la combustión de la biomasa es contaminante. En el caso de la incineración de basuras, la combustión emite contaminantes, algunos de ellos cancerígenos y disruptores hormonales, como las dioxinas. También es muy discutible el uso de tierras fértiles para producir energía en vez de alimentos, tal y como se está haciendo en Brasil, o el empleo de leña sin proceder a reforestar las superficies taladas. En España actualmente el potencial energético de los residuos asciende a 26 Mtep, para una cantidad que en toneladas físicas supera los 180 millones: 15 millones de toneladas de Residuos Sólidos Urbanos con un potencial de 1,8 Mtep, 12 millones de toneladas de lodos de depuradoras, 14 millones de t de residuos industriales (2,5 Mtep), 17 Mt de residuos forestales (8,1 Mtep), 35 Mt de residuos agrícolas (12,1 Mtep), 30 Mt de mataderos y 65 Mt de residuos ganaderos (1,3 Mtep). El reciclaje y la reutilización de los residuos permitirán mejorar el medio ambiente, ahorrando importantes cantidades de energía y de materias primas, a la vez que se trata de suprimir la generación de residuos tóxicos y de reducir los envases. La incineración no es deseable, y probablemente tampoco la producción de biocombustibles, dadas sus repercusiones sobre la diversidad biológica, los suelos y el ciclo hidrológico. A más largo plazo, el hidrógeno es una solución más sostenible que el etanol y el metanol. El Plan de Fomento de las Energías Renovables en España prevé que la biomasa llegue a 10.295 ktep. Hoy apenas llegamos a 3.600 ktep (incluyendo los biocarburantes y el biogás), con un incremento ínfimo respecto a años anteriores. Y las perspectivas no son mucho mejores. Con las políticas actuales, en el año 2010 difícilmente se superará el 50% de los objetivos del Plan (poco más de 5 Mtep), y tampoco se debería hacer mucho más. Los restos de madera, como sostiene ANFTA (Asociación Nacional de Fabricantes de Tableros), son demasiado valiosos para ser quemados, pues constituyen la materia prima base de la industria del tablero aglomerado y sólo debe quemarse como aprovechamiento último, y España es muy deficitaria en restos de madera (se importan más de 350.000 m3), y en madera en general (se importa más del 50%). Además el CO2 se acumula en los tableros (cada metro cúbico de tablero aglomerado fija 648 kg de CO2), mientras que la quema lo libera, se genera más empleo en las zonas rurales, más valor añadido y se producen muebles de madera al alcance de todos. El reciclaje debe tener prioridad frente al uso energético y los únicos residuos de madera que se deberían incinerar son las ramas finas de pino, los restos de matorral, las cortezas y el polvo de lijado. Los costes de extracción y transporte de las operaciones de limpieza del monte para las plantas de biomasa son de 0,16 euros por kg, a los que hay que añadir los de almacén, cribado y astillado, secado, densificación y el coste del combustible auxiliar. Hoy las centrales termoeléctricas de biomasa no son viables económicamente, y además esos residuos también son necesarios para el suelo (aporte de nutrientes, erosión). REFERENCIAS Internet Revistas
    APPAINFOLasenergías.comEficiencia Energética y Energías Renovables, boletín del IDAE. Números 1, 2, 3, 4, 5 y 6.Energías RenovablesC.V. Revista internacional de energía y medio ambienteEnergética XXIEra SolarTecnoambienteInfopowerTecnoenergíaEnergía. Ingeniería Energética y MedioambientalWorld Watch
Libros y estudios *IDAE (1999). Plan de Fomento de las Energías Renovables en España. Madrid.*Ministerio de Economía (2002). Planificación de las redes de transporte eléctrico y gasista 2002-2011. Madrid.*ANFTA (Asociación Nacional de Fabricantes de Tableros) (2002). Restos de madera: demasiado valiosos para ser quemados. Madrid.*Johansson, T. B. et el (1993): Renewable Energy, Island Press, Washington; D. Deudney y C. Flavin: "Renewable energy: The power to Choose", New York, Norton, 1983.*Goldemberg et al.: Energy for a sustainable world, John Wiley and sons, New Delhi, 1988.*Ogden, J.M. et Williams R. H.: Solar Hydrogen. Moving Beyond Fossil Fuels, World Resources Institute, Washington, 1989.*Maycock, P.: Photovoltaic thecnology, perfomance, cost and market forecast. PV Energy systems, Casanova, 2004.*ASIF (2003): Hacia un futuro con electricidad solar. Madrid. José Santamarta Flórez director de World Watch worldwatch@nodo50.org http://www.nodo50.org/worldwatch Teléfono: +34 650 94 90 21

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Rodrigo González Fernández
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