Bruselas publicó este martes un informe sobre los progresos de la UE en la gestión de sus recursos hídricos y celebró los avances logrados en los últimos cinco años, pero subrayó que queda mucho por hacer. Y criticó que los Estados miembros más afectados, entre ellos España, no presentaran a tiempo, esto es el pasado marzo, los planes de gestión de cuencas hidrográficas que les exige la directiva marco sobre el agua.
"La política de aguas es nuestro seguro de vida", afirmó en un comunicado el comisario de Medio Ambiente, Janez Potocnik, quien defendió la necesidad de políticas "sostenibles" para la gestión de aguas y que estén "integradas a todos los niveles" en los objetivos políticos generales tanto de la UE como a escala nacional.
El Ejecutivo comunitario es partidario de tomar medidas en áreas como la "tarificación del agua, la mejora de las herramientas de gestión de los recursos hídricos y las medidas de utilización eficiente y ahorro de agua".
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El informe considera que en general "van a buen ritmo" las medidas para aumentar las tarifas con las que recuperar los costes por suministro y saneamiento, pero apunta que deberían "incrementarse" en algunos casos como, por ejemplo, en un 20% en Galicia y en un 85% en Letonia.
Sin embargo, admite que el consumo de agua ha crecido en varios Estados miembros y destaca medidas disuasorias efectivas como las penalizaciones por consumo excesivo o descuentos para los más ahorradores que se aplican en España.
El informe también advierte de que el problema de escasez de agua no se limita a los países que tradicionalmente padecen sequía, como son los mediterráneos, sino que se extiende por el centro y norte de Europa y afecta a países como Francia y Bélgica.
Según datos de la Comisión del año pasado, la imposición de requisitos obligatorios sobre los aparatos que utilizan agua de acuerdo a la nueva norma de diseño ecológico permite un ahorro "significativo".
Si se incluyeran todos los electrodomésticos que utilizan agua, la reducción puede alcanzar el 19 % del consumo total de agua, lo que implicaría una reducción del 3,2 % de la extracción total anual de agua de la UE.
Reducir el consumo de agua de los productos relacionados con la energía, como grifos, duchas y bañeras, puede provocar también una reducción del 20 % de las necesidades de calefacción, mientras que cambiar la duración de la ducha, la frecuencia con que se toman baños o el modo de utilizar los grifos puede generar ahorros del 20 % al 30 %, según el Ejecutivo comunitario.
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