La música fue buena, lástima de las toneladas de gases contaminantes que se emitieron durante Live Earth, dicen los expertos.
Más de 2.000 millones de personas vieron el evento global. |
Los organizadores prometieron que el evento para hacer conciencia sobre la problemática del cambio climático sería el más "verde" de la historia.
Se vendió comida orgánica y alimentos provenientes del "Fairtrade", el sistema de comercio justo, todo servido en empaquetados biodegradables.
Pero estas medidas fueron minúsculas, comparadas con las emisiones de gases de efecto invernadero que se despidieron durante el evento global.
Se calcula que los 150 actos musicales presentados a una audiencia de 2.000 millones en todo el mundo, dejaron más huellas de carbono que las que emiten en un año 3.000 habitantes del Reino Unido.
Estilo de vida
Una huella de carbono es el impacto que las actividades humanas tienen en el medio ambiente.
Se calculan en términos de las emisiones de gases de efecto invernadero que producen y se miden en unidades de dióxido de carbono.
Según John Buckley, editor de la página de internet carbonfootprint.com, que se dedica a ayudar a las empresas a reducir sus emisiones contaminantes, este evento global generó al menos 31.500 toneladas de carbono.
Madonna ha sido muy criticada por su estilo de vida poco ecológico. |
Esto incluye el transporte de todos los artistas que se presentaron en los conciertos -muchos de los cuales utilizaron jets privados para llegar hasta allí- además del transporte de los espectadores y el consumo de energía que se utilizó en el evento monumental.
"Utilizamos las medidas estándares que establece el gobierno británico" dijo John Buckley a la BBC.
"Con éstas se convierten las emisiones de cada kilómetro de viaje en un cierto tipo de vehículo, en kilogramos de dióxido de carbono" agrega.
Los críticos dicen que muchas de estas bandas proclaman por un lado la emergencia del cambio climático y por otro viven quemando toneladas de dióxido de carbono con sus múltiples viajes aéreos trasatlánticos.
Según los científicos uno de los mayores responsables de emisiones de gases contaminantes es la industria del transporte, principalmente la aviación.
Y si realmente queremos hacer algo por el planeta -dicen- una de las prioridades será reducir drásticamente nuestros vuelos en avión.
Es por eso -afirman los críticos- que es "hipócrita" que algunas celebridades viajen en avión alrededor del mundo en giras para promover el mensaje de la reducción de emisiones contaminantes.
"Seamos honestos -dijo a la BBC George Marshall, de la Red de Información del Clima- que algunas de las personas más ricas del mundo nos digan "Oye, necesitas reducir tu contaminación", es absurdo".
Modelos
Los organizadores, sin embargo, afirman que el objetivo es precisamente ése, crear conciencia entre el público para hacer algo.
"Esa es la magia de Live Earth -dijo a la BBC John Rego, director de medio ambiente de Live Earth- comprometer a la gente con la problemática del cambio climático y motivarla a hacer algo al respecto".
"Porque están escuchando a quienes realmente quieren escuchar, no a los políticos, ni periodistas, ni científicos, sino a sus ídolos y modelos a seguir", agrega.
Al parecer, uno de esos modelos a seguir es Madonna, quien cerró el cocncierto con su característico entusiasmo y cuyo estilo de vida ha sido muy vapuleado por los conservacionistas.
Ya antes de anunciar que se presentaría en Live Earth era muy criticada por su forma de vida poco ecológica.
Sus críticos la acusan de tener una de las mayores huellas de carbono individuales del planeta.
Por ejemplo, dicen, regularmente viaja en jet privado para transportarse entre sus hogares de Estados Unidos e Inglaterra.
Según el periódico The Independent, el año pasado, la gira mundial de Madonna, "Confesiones", generó 440 toneladas de emisiones de dióxido de carbono.
John Rego, afirma que "el propósito de Live Earth no es lo que unos u otros han hecho en el pasado, sino lo que vamos a hacer a partir de este día".
A juzgar por los miles de vasos y envoltorios de plástico que quedaron en el suelo del estadio de Wembley -a pesar de los pedidos de los organizadores para reciclarlos- todavía falta mucho por hacer.