jueves, 3 de febrero de 2011

calentamiento global: Expectativas de negocios ante el calentamiento global

Expectativas de negocios ante el calentamiento global

Debemos ir pensando en ello: los hoteles españoles dejarán de recibir turistas procedentes del norte de Europa, la productividad de los campos sufrirá pérdidas del 25% y el nivel del mar en la costa crecerá casi un metro. Un escenario casi catastrófico para la economía española que tiene fecha: el año 2080. Son sólo algunas de las múltiples conclusiones del estudio que publica hoy la revista PNAS, realizado por encargo de la Comisión Europea, en el que se analizan al detalle las consecuencias económicas en las distintas regiones del Viejo Continente del aumento de la temperatura como consecuencia del calentamiento del planeta.

FUENTE | Público 02/02/2011

El trabajo, liderado por investigadores españoles, ofrece distintas proyecciones sobre lo que sucederá en el continente dentro de 69 años y con los que la Comisión establecerá sus protocolos de actuación. Y lo hace en cinco campos especialmente afectados por el crecimiento de la temperatura: agricultura, turismo, caudal de los ríos, costas y salud pública.

De las conclusiones que ofrece el trabajo, la primera que se puede extraer de una lectura a trazo grueso es que el sur pierde y el norte gana. "No hace falta ser muy científico para que nos demos cuenta de que si sube la temperatura del continente, los suecos dejarán de visitar las playas españolas. Son obviedades, sí. Pero lo importante era concretar el cuánto y anticipar el cuándo", analiza una de las autoras del estudio, la profesora de la Universidad Politécnica de Madrid Ana Iglesias.

En el escenario más extremo, con un aumento de 5,4ºC de la temperatura, las tierras destinadas a cultivos en el sur de Europa reducirían su productividad un 27%, mientras que en los países nórdicos y bálticos mejorarían un 52% el rendimiento de sus explotaciones agrarias. En esas mismas circunstancias, con un aumento del nivel del mar de 88 centímetros, más de cinco millones y medio de europeos se verían desplazados por las inundaciones, 1,2 en las islas británicas.

JUNTO A ITALIA Y GRECIA

Según el responsable del estudio, Juan Carlos Císcar, sus modelos climáticos de alta resolución muestran patrones de impacto económico en los que "sólo Escandinavia y Dinamarca se benefician de los cambios". En cambio, en la franja del sur de Europa, a medida que suben los grados, la situación empeora de forma exponencial.

"En España, Italia y Grecia, todos los impactos del calentamiento son negativos y la vulnerabilidad frente a cada cambio climático es muy superior al resto de Europa", señala el investigador del Instituto de Prospectiva Tecnológica de la Comisión Europea.

Este trabajo, que complementa el Libro Blanco de Adaptación al Cambio Climático de la UE, sugiere soluciones como elevar diques para afrontar la crecida del mar. Sin embargo, Císcar fija los papeles: "Nosotros no decimos lo que hay que hacer; damos los datos para que los políticos tomen las decisiones que crean correctas".

Autor: Javier Salas madrid+d


Fuente:http://dinerodesdetuordenador.blogspot.com/2011/02/expectativas-de-negocios-ante-el.html
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AeroFarm: cultivos sin tierra bajo cubierta Derivado de la tecnología hidropónica, el sistema aeropónico de cultivo se sirve de la humedad vaporizada para lograr cosechas más productivas sobre tejidos reciclables, en el interior, con la ayuda de ilum

AeroFarm: cultivos sin tierra bajo cubierta

Derivado de la tecnología hidropónica, el sistema aeropónico de cultivo se sirve de la humedad vaporizada para lograr cosechas más productivas sobre tejidos reciclables, en el interior, con la ayuda de iluminación LED y un reducido consumo de agua. Es la solución para obtener verduras frescas todo el año que ya se ha puesto en marcha en varias ciudades, incluso del desierto.

Enviado por: ECOticias.com / Red / Agencias,

Un ejemplo es la ciudad saudita de Jeddah, donde el cultivo aeropónico permite eludir las condiciones desérticas gracias al sistema de inyectores de "neblina nutriente" directa a las raíces de las verduras. Un mecanismo que permite reutilizar el agua para la recirculación de dichos nutrientes, sin necesidad de fertilizantes o pesticidas.

El cultivo aeropónico, como el hidropónico, se establece en cubetas dispuestas de forma vertical que permiten maximizar el espacio. Sin embargo, en vez de agua, las verduras utilizan material de tela reciclable para enraizarse y crecer. Las granjas AeroFarm permiten cultivar buena cantidad de alimentos de manera previsible, durante todo el año y con la utilización del 10% del agua que requiere una granja convencional.

Las granjas aeropónicas pueden instalarse en terrazas, naves o carpas, lo que ofrece una gran versatilidad y una solución a la demanda de alimentos locales por ejemplo en las cada vez más saturadas ciudades. Al mismo tiempo, con el ahorro en el transporte de las verduras se evitan emisiones a la atmósfera, lo que convierte a este sistema en coadyuvante en la lucha contra el calentamiento global. Y es que el transporte de alimentos desde las granjas hasta el plato emite miles de toneladas de CO2 cada año.

Además, si el suministro eléctrico que requieren los inyectores se resuelve con energía solar o aerogeneradores, la agricultura aeropónica se convierte en realmente sostenible. Con un gran volumen de la población mundial orbitando hacia las ciudades, estos sistemas de cultivo podrían ser una respuesta a la necesidad de alimentos frescos de km0 en las saturadas urbes. Además, las granjas aeropónicas son fáciles de mantener, tienen bajos costos de operación y proporcionar rendimientos del 20-33% durante todo el año.

http://www.ecogaia.com/


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Microalgas, en busca de una revolución verde A pesar de su diminuto tamaño, aspiran a ser una gran revolución. Las microalgas podrían ser la base de combustibles ecológicos, de alimentos que ayudarían a cuidar la dieta y luchar contra el cáncer, o de

biocombustibles
 
Microalgas, en busca de una revolución verde

A pesar de su diminuto tamaño, aspiran a ser una gran revolución. Las microalgas podrían ser la base de combustibles ecológicos, de alimentos que ayudarían a cuidar la dieta y luchar contra el cáncer, o de sistemas que absorberían el dióxido de carbono (CO2) y mitigarían el cambio climático. Diversos investigadores y empresas trabajan para su desarrollo comercial a gran escala, pero reconocen que necesitan mejorar para lograr que estos productos lleguen a los consumidores.

Enviado por: ECOticias.com / Red / Agencias, 03/02/2011, 11:07 h | (116) veces leída

Las diversas posibilidades de las microalgas

La importancia y las oportunidades medioambientales y económicas de las microalgas se intuyen una vez que se conocen sus características básicas. Estos organismos unicelulares, los primeros del planeta en realizar la fotosíntesis, son claves en el equilibrio planetario: aprovechan la energía del sol para producir biomasa, son la base de las cadenas tróficas que viven en los océanos y absorben buena parte del CO2 de la atmósfera, que transforman en oxígeno. Sin ellas, los seres humanos y gran parte de la vida de la Tierra no sería posible.

Una de las posibilidades que más interés ha suscitado en la actualidad es su transformación en biocombustible, gracias a sus múltiples ventajas. Según sus defensores, su productividad es muy superior a otro tipo de cultivos energéticos utilizados hasta ahora. El volumen de aceite que pueden producir es muy superior al de otras plantas. Se estima que son 300 veces más eficientes que la soja y 25 veces más que la palma. Su tiempo de crecimiento es imbatible: una cosecha puede estar lista en pocos días, frente a los varios meses de cualquier otro cultivo convencional.

Las microalgas se consideran biocombustibles de segunda generación, ya que no sustituyen a cultivos dedicados a la alimentación humana. Se pueden producir en cualquier medio acuático, incluso en agua salada de baja calidad o en aguas residuales, siempre que cuenten con luz y nutrientes básicos para sus funciones. Por ello, una de las ideas es la construcción en zonas marginales de fotobiorreactores, tanques cerrados que ofrezcan condiciones óptimas para su crecimiento.

El producto final obtenido es muy biodegradable, no contiene sustancias tóxicas y se puede utilizar de forma directa en motores diésel adaptados, sin tener que mezclarlo con derivados del petróleo.

Cambio climático, alimentos saludables y depuración de aguas residuales

Por si fuera poco, sus aplicaciones no acaban como combustible. Gracias a su capacidad de absorber CO2 y otros gases de efecto invernadero, como los óxidos de nitrógeno, las microalgas contribuyen a mitigar el cambio climático. Diversos proyectos de investigación se centran en esta virtud y plantean la construcción en las instalaciones industriales de sistemas con microalgas que actúen como sumideros de esos gases.

El aprovechamiento de las microalgas para la producción de nuevos alimentos saludables ofrece muchas expectativas. Según sus impulsores, se podrían diseñar productos que paliaran los desequilibrios en la composición de ácidos grasos de la dieta o tuvieran diversas propiedades antioxidantes y anticancerígenas. La idea no resulta extraña en lugares tan diversos como el Chad (África) o el lago Texcoco (México). Sus poblaciones nativas se han alimentado desde hace muchos años con productos elaborados a partir de una microalga, la Spirulina. Por otra parte, también podrían ser la base de piensos ecológicos para granjas animales y de acuicultura. Y no hay que olvidar que, al igual que su vertiente como biocombustible, se podrían cultivar en zonas no destinadas a plantaciones convencionales de alimentos.

El tratamiento de aguas residuales también podría utilizar las microalgas y ser mucho más ecológicos. Las depuradoras convencionales necesitan productos químicos y energía para realizar su trabajo. Estos organismos podrían, al menos en la última fase del proceso de tratamiento, limpiar el agua al aprovechar los desechos orgánicos como nutrientes. Por ello, algunos investigadores también estudian sus posibilidades para desarrollar sistemas de biorremediación de zonas contaminadas.

Principales avances sobre microalgas

En los últimos años, las nuevas oportunidades económicas y medioambientales y los avances en ingeniería genética han reactivado las investigaciones sobre microalgas. Uno de los pioneros es John R. Coleman, de la Universidad de Toronto (Canadá). Junto con otro investigador, Ming-De Deng, logró en 1999 modificar los genes de la Cyanobacteria, de manera que generaba etanol mientras crecía. Los científicos patentaron el sistema y crearon una empresa, Algenol Biofuels, para su explotación comercial. La multinacional Dow Chemical apoya el proyecto para la construcción de una planta piloto de más de 3.000 fotobiorreactores.

En 2006, varios investigadores del Instituto de Microbiología Molecular y Biotecnología de Alemania lograron obtener biodiésel en un solo paso gracias la modificación genética de varias bacterias y microalgas. El estudio se continúa en en Joint BioEnergy de EE.UU. y en Amyris, considerada una de las empresas biotecnológicas más innovadoras de 2009, que planea producir biodiésel a gran escala en 2011.

El año pasado, investigadores de la Universidad de Michigan (EE.UU.), daban a conocer un sistema de cocción a presión para producir microalgas de forma más rápida, económica y eficiente que otros sistemas. El equipo, liderado por los científicos Arthur F. Thurnau y Phillip Savage, estudia también el potencial de algunas bacterias para la creación de nuevos biocombustibles.

Aunque sin duda, el investigador más conocido es Craig Venter. Responsable del proyecto privado para descifrar el genoma humano, dirige también Synthetic Genomics, que también dio mucho que hablar como supuesto creador de "vida artificial". Uno de los objetivos de la empresa de Venter es la creación de biodiésel a partir de microalgas modificadas genéticamente. Apoyos poderosos no le faltan: el proyecto recibía en 2009 una inversión de unos 417 millones de euros de la primera petrolera del mundo, Exxon. Sus responsables reconocen que necesitarán entre cinco y diez años para poner a la venta un biocombustible comercial.

Desafíos de las microalgas

La idea de aprovechar las microalgas no es nueva. En la década de los cincuenta del siglo XX empezaron a considerarse como una fuente alimenticia saludable para hacer descansar a los cultivos convencionales. Por su parte, las primeras investigaciones serias sobre su uso como biocombustible datan de los años setenta, cuando en plena crisis del petróleo la búsqueda de alternativas a esta energía no renovable se hizo prioritaria. Sin embargo, el uso práctico de las microalgas todavía no ha pasado de una fase de investigación más o menos desarrollada. Las razones o los desafíos que deben hacer frente sus impulsores son varios:

Necesidad de más tiempo e inversiones: un caso claro es el sucedido con las primeras investigaciones de biocombustibles con microalgas. Cuando el petróleo volvió a sus cauces "normales", se dejaron de financiar unos estudios que no habían logrado resultados palpables.

Dificultades para lograr una producción comercial a gran escala: para crear microalgas a un precio competitivo, los fotobiorreactores deberán optimizar factores como la iluminación, el suministro continuo de nutrientes y CO2, o el mantenimiento de una temperatura y unas características fisico-químicas del cultivo adecuadas.

Más investigaciones: se conocen más de 40.000 especies de microalgas, de las que solo unas decenas se han explorado en sus usos potenciales, como la Scenedesmus obliquus, la Chlamydomonas rheinhardii, la Chlorela vulgaris o la Dunaliella tertiolecta.

ALEX FERNÁNDEZ MUERZA - www.consumer.es – EROSKI

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