Ministros y jefes de Estado de 194 países en la conferencia del clima de la ONU en Cancún se enfrascaron con urgencia el miércoles en frenéticas negociaciones para poder anunciar el viernes al mundo avances contra el cambio climático que representen esfuerzos de todos.
"Estamos manteniendo consultas informales muy activas", dijo el negociador brasileño Luiz Alberto Figueiredo al final de la tarde.
Los avances del día se concentraron en uno de los principales escollos en las negociaciones: una extensión más allá de 2012 del protocolo de Kioto que compromete a los países ricos a cortar sus emisiones y que Japón no quiere.
"Estamos explorando el lenguaje (...) que podría resolver la división entre los (países) que no quieren un segundo período (de Kioto pos 2012, como Japón, Canadá y Rusia) y los que quieren un claro mensaje de segundo período (Europa). Continuaremos trabajando intensamente esta noche y mañana" jueves en ese asunto, dijo Figueiredo.
Para resolver los grandes temas que bloquean todavía la negociación la presidencia mexicana convocó a una reunión informal de unos 50 países que continuará el jueves, informó el negociador mexicano Luis Alfonso de Alba. Ese formato irritó a Bolivia y su negociador, Pablo Solon, rechazó participar y pidió reuniones formales con los 194 países.
"Bolivia no se ha retirado de las conferencias", aclaró Alba.
El mensaje más claro y repetido en Cancún por los negociadores es que la reunión no puede terminar el viernes sin resultados, bajo el fantasma de la conferencia de Copenhague en 2009, que frustró gigantes expectativas por falta de acuerdo de los países.
"No nos podemos ir de Cancún con las manos y la esperanza vacías", afirmó el presidente de Ecuador, Rafael Correa.
Reunidos desde el pasado 29 de noviembre, los 194 países buscan un "paquete equilibrado" de decisiones para la lucha contra el cambio climático, que requiere de concesiones y esfuerzos de naciones ricas y en desarrollo.
"Creo que un acuerdo está al alcance. Pero eso no quiere decir que ya lo tenemos en las manos", dijo la presidenta de la conferencia y canciller mexicana, Patricia Espinosa.
Los países en desarrollo han sumado fuerzas para exigir una extensión del protocolo de Kioto.
Los países ricos quieren que las grandes naciones en desarrollo, como China, la mayor emisora de gases nocivos al clima del planeta, y otros como Brasil e India, también asuman oficialmente sus compromisos de reducción de emisiones y permitan un sistema claro de verificación, un tema sobre el que los chinos mostraron apertura pese a sus reticencias iniciales.
Ricos y pobres han puesto sus ojos en Estados Unidos, el segundo mayor emisor del planeta, no comprometido con Kioto y cuyos compromisos de reducir 17% sus emisiones hasta 2020 son considerados bajos y aún enfrentan la oposición frontal del Congreso.
Los negociadores tienen menos de dos días para acabar de definir un mecanismo contra la deforestación, ayudas para que los países más vulnerables enfrenten el impacto del clima y un fondo que debe llegar a 100.000 millones de dólares anuales para la lucha mundial contra el cambio climático.
"El último borrador de la negociación nos da esperanza de que puede acordarse en Cancún un fondo del Clima, que sería un gran paso hacia la creación de una estructura que apoyará a los países en desarrollo, ayudándoles a reducir sus emisiones, y protegiendo a los más vulnerables del impacto del cambio climático", dijo Tim Gore, asesor de Clima de la ONG Oxfam.
El secretario de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, urgió el miércoles a los países a alcanzar acuerdos que, aunque no perfectos, signifiquen avances necesarios en la lucha contra el cambio climático.
Las negociaciones entran en una fase de maratónicas negociaciones. "A partir de ahora comienza ese proceso de salas cerradas, negociadores nerviosos, sin comer muriéndose de hambre, trabajando hasta altas horas de la noche", delineó la ministra brasileña.