Días atrás les contamos acerca de la incorporación de la ballena 13-71 al Programa de Adopción Ballena Franca Austral. Hoy, queremos compartir con ustedes que hemos bautizado a la ballena 13-71 con el nombre de Serena. Realizamos una votación dentro del equipo del ICB para poder elegir entre todos los nombres que fueron sugeridos y el que mas votos recibió fue Serena, propuesto por Ricardo, quien además ya participaba del Programa como adoptante de Mochita y Medialuna.
Ricardo, nos contó que propuso Serena como nombre para la ballena 13/71, inspirado en su fuerte deseo de conservar los recursos de este planeta y en el convencimiento que aun los cambios son posibles tanto para conservar a las ballenas como así también a todos los seres que habitan nuestro planeta. Esta ballena representa la esperanza de que el lugar en el que vivimos se convierta en uno más sereno y apacible.
Desde el ICB nos hacemos eco de este deseo y agradecemos a Ricardo por su hermosa sugerencia. También agradecemos enormemente las propuestas de todos sus nuevos adoptantes.
Serena forma parte de una familia de ballenas prolíficas. Es la primer hija conocida de la Ballena 13, una de las primeras ballenas francas foto identificadas en Península Valdés en 1971, que tuvo al menos nueve crías desde que fue avistada por primera vez por nuestros investigadores.
Serena nació en 1971 y por lo tanto en 2011 cumplió ¡cuarenta años!. Este es su registro de observaciones: 1971 (nacimiento), 1972, 1973, 1974, 1977, 1979, 1981 con cría, 1984 con cría, 1986 con cría, 1989, 1991, 1994 con cría, 1997 con cría, 2002 con cría, 2005 con cría, 2008 con cría.
Si se analiza con detenimiento el registra verán que tuvo una cría en 1984 y otra cría en 1986. Este período de sólo dos años entre partos (en lugar del típico periodo de tres) indicaría que la cría nacida en 1984 quizás murió en sus primeros meses de vida. Si esto fue así, entonces pudo recuperar sus reservas de grasa más rápidamente, y tuvo otra cría sólo dos años después. Nuestra base de datos de largo plazo nos ha permitido demostrar que en esos años hubo una baja en el número de ballenatos registrados en Península Valdés, en coincidencia con una oscilación de El Niño.
A través de Serena, deseamos alertar acerca de cómo el calentamiento global afecta también la vida de las ballenas. Ella nos ha demostrado la importancia del seguimiento de individuos identificados a largo plazo. Solo gracias a estudios de este tipo es posible conocer más acerca de la biología de estos hermosos animales, las amenazas que enfrentan y sus necesidades de conservación.
Fuente:CONSULTEN, OPINEN , ESCRIBAN .
Saludos
Rodrigo González Fernández
Diplomado en "Responsabilidad Social Empresarial" de la ONU
Diplomado en "Gestión del Conocimiento" de la ONU
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