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Se sabe que el planeta está experimentando patrones extremos en el clima.
La muestra más reciente son las fuertes lluvias e inundaciones que han causado caos en Inglaterra.
Cientos de miles de personas en el centro y occidente del país se han visto afectadas por inundaciones ocasionadas por un aumento en los niveles de los ríos de más de 6 metros sobre el normal.
Y las predicciones dicen que todavía no hemos visto lo peor.
Pero ¿es éste es el resultado del impacto que la actividad humana está teniendo en el cambio climático?
¿O se trata más bien de las variabilidades naturales del planeta?
En los últimos años, países como Canadá, Rusia y regiones como el norte de Europa se han vuelto más lluviosas.
Y zonas que incluyen India y partes de África se han tornado más secas.
Desde hace décadas los modelos climáticos han sugerido que la actividad humana ha provocado cambios en la distribución de las precipitaciones de lluvia y nieve en el mundo.
Pero tal como señala la doctora Stella Carballo, investigadora del Instituto de Clima y Agua en Argentina, éstos patrones extremos no son nuevos.
Esta, dice, es una fase climática que está repitiendo otras fases ya vividas en el pasado.
Modelos
"En Argentina también hemos tenido un patrón de inundaciones en los últimos años que hubiera podido pensarse que obedecía a una tendencia motivada por el cambio climático", afirma la experta.
"Pero analizando los registros, vimos que ya de 1860 a 1930 tuvimos en este país el mismo tipo de inundaciones y de actividad de lluvias muy fuertes".
"Y estas derivaron en idénticas inundaciones a las que hemos vivido en los últimos 30 años", señala.
Tal como señala la investigadora, a ese período de grandes lluvias siguió un período de grandes sequías en el país.
"Es por eso -afirma -que pensamos que hay una fuerte incidencia de variabilidad natural en estos cambios en el patrón de lluvias".
Los modelos climáticos computacionales predicen en general que ciertas regiones del Hemisferio Norte, como el Reino Unido, serán más lluviosas en invierno y más secas en verano.
La tendencia, entonces, sería ver veranos más secos, y no lo que se está viendo en la actual temporada lluviosa del verano en Inglaterra.
"En Inglaterra se está viendo lo contrario de lo que dicen los modelos climáticos, y en Argentina también estamos viendo lo contrario", señala Stella Carballo.
"Lo que los modelos decían de Argentina era que los inviernos iban a ser más cálidos, y sin embargo estamos viviendo uno de los inviernos más fríos de los últimos cien años", agrega.
"Por eso creo que esto se encuadra dentro de las variabilidades naturales".
Variabilidades
Tal como explica la experta, hay una serie de factores que se interrelacionan para determinar estas variabilidades.
Por ejemplo, la actividad del sol que puede ser mayor o menor, o los cambios en los océanos que tienen distintos patrones.
"Estos son los patrones anuales como El Niño y La Niña que pueden producir variabilidades muy fuertes en temperatura y lluvia de un año al otro", señala la investigadora.
Y esto, dice, puede deberse simplemente a que cambiaron las condiciones en el océano.
"Pero hay otros factores en el océano, como la presión y temperatura, que tienen factores de recurrencia de 20 o 30 años".
"Y está también la cinta transportadora que transfiere la salinidad entre los océanos que tiene un ciclo completo cada 100 años".
De esta forma, explica la investigadora, cada región del mundo sufre variabilidades distintas que se conjugan para hacer que un año determinado el clima tenga un patrón distinto.
"Por supuesto -dice la investigadora- no debemos descuidar la actividad del hombre que está causando contaminación y emisiones que producen efectos nocivos en el medio ambiente".
"Pero aquí estamos hablando del clima y creo que la principal participación es natural", concluye la experta.
(BBC)
Rodrigo González Fernádez
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