Calor global, bochorno local
DANIEL SHOER ROTH
EL NUEVO HERALD
Con el tema ambientalista en la palestra internacional y la elevación de los océanos al acecho de las costas del Estado del Sol, el gobernador Charlie Crist quiere abanderarse como adalid de la ''causa verde'' al ser el anfitrión de una cumbre climática en Miami, donde firmará órdenes ejecutivas para reducir las emisiones de los gases de efecto invernadero en la Florida.
¡Bravo gobernador! Hay que ayudar a salvar la Tierra... pero para que su misión ambiental tenga sentido, primero debe asegurar la protección de los Everglades, el pulmón del estado de donde proviene nuestra agua de todos los días.
La semana pasada, la Oficina de Contabilidad del gobierno (GAO), la agencia investigativa del Congreso, nos arrojó un balde de agua fría: el Plan de Restauración de los Everglades --que pagamos los contribuyentes-- lleva seis años de atraso, ha sido coordinado incorrectamente y su costo se ha disparado a $20,000 millones, de $15,400 millones en el 2000.
Meses antes, el Congreso había amenazado con recortar los fondos cuando surgieron sospechas de que la Florida estaba sacando provecho del proyecto ambiental para favorecer a los grandes agricultores, los urbanizadores y los magnates de la industria azucarera, todos mecenas de los líderes políticos en Tallahassee.
''Numerosas demandas en las cortes federales han establecido que el estado de la Florida ha estado violando las leyes de protección acuífera, intentando en repetidas ocasiones reducir los criterios y parámetros; reemplazando las cifras establecidas sobre la contaminación con un lenguaje diluido que, de ser implementado, podría dar a la gente la [falsa] impresión de progreso en la defensa del ambiente'', afirmó Alan Farago, un ambientalista local.
El plan de restauración debe reparar con urgencia el daño ocasionado al Río de Hierba por un complejo sistema de canales, diques y bombas construido para drenar el sur de la Florida y obtener más tierras. Por otra parte, las nuevas reservas acuíferas crearían una barrera resistente a la intrusión de agua salada que ya amenaza nuestros pozos, y conservarían uno de los ecosistemas biológicamente más diversos del mundo.
El informe de la GAO reveló que tanto el Cuerpo de Ingenieros del Ejército como el Distrito de Aguas del Sur de la Florida no emplearon el mejor juicio en el orden de los 222 proyectos que comprende el plan, de los cuales se completaron solamente 43.
''Para la Florida, la diferencia entre actuar ahora y hacerlo más tarde es la misma existencia del estado'', aseveró Carl Pope, el director ejecutivo de Sierra Club, un prominente grupo defensor del ambiente a nivel nacional. ``Si esperamos demasiado tiempo, la mayor parte de la Florida quedará hundida bajo las aguas del océano, y el resto quedará convertido en tierra baldía''.
La Florida es el segundo estado de mayor crecimiento en el país en emisiones de dióxido de carbono, el principal componente del calentamiento global. Cambiar esto implica mucho más que convocar una cumbre con Arnold Schwarzenegger, Robert Kennedy Jr. y Theodore Roosevelt IV.
Si Crist quiere convertirse en otro Al Gore, debe enfrentarse a la ''verdad inconveniente'' de los intereses políticos que siempre han dejado a la conservación ambiental flotando en el aire.
Rodrigo González Fernández
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Renato Sánchez 3586
santiago-chile
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