SOCIEDAD
EE UU califica al cambio climático como el mayor peligro para la seguridad nacional
Lo recoge un amplio informe del Centro de Estudios Estratégicos en el que han colaborado medio centenar de expertos Prevé tres escenarios de calentamiento
EL COCHE, MAL ALIADO
Dos prestigioso 'think tanks' de Estados Unidos -el Centro para Estudios Estratégicos e Internacionales y el Centro para una Nueva Seguridad Americana- han invertido más de un año de intensivo trabajo para estudiar las implicaciones del cambio climático en materia de relaciones internacionales, política exterior y geoestrategia. El resultado es un inquietante estudio presentado ayer con el indicativo título de 'La era de las consecuencias'.
De acuerdo a las concusiones de este esfuerzo multidisciplinar, en el que han colaborado medio centenar de especialistas acreditados, el cambio climático empieza a reunir bastantes de las papeletas necesarias para convertirse en uno de los mayores retos de seguridad nacional para Estados Unidos. País que al mismo tiempo se encuentra a la cabeza de la contaminación vinculada a este fenómeno climático.
En la larga lista de problemas asociados con el cambio climático, los dos 'think-tanks' de EE UU plantean la amenaza de masivas y forzadas migraciones, conflictos bélicos por disputas sobre el control de recursos acuíferos, retos de proliferación nuclear por la búsqueda de alternativas energéticas, brotes de enfermedades infecciosas cada vez más frecuentes y graves. Toda una acumulación de problemas que a su vez puede producir una realineación de poderes en la esfera internacional, con una posible mayor influencia de Rusia en línea con sus actuales exportaciones de gas natural.
El estudio mantiene que, durante las dos últimas décadas, la comunidad científica ha sido más bien tímida a la hora de estimar la velocidad del cambio climático. Con insistencia en que los diferentes gobiernos e instituciones implicadas deben prepararse para significativos niveles de inestabilidad en partes críticas de nuestro planeta en cuestión de treinta años. Afirmándose que «aunque algunos países puedan beneficiarse a corto plazo del cambio climático, no habrá ganadores»
A juicio de este análisis, aunque el cambio climático tiene todo el potencial de generar nuevos conflictos armados en el mundo, ya está logrando magnificar tensiones existentes. Desde el incremento de la desertificación en Darfur y la competición por agua en Oriente Medio, hasta la intensidad de los monzones en Asia y la presión creada en Bangladesh.
El estudio, eso sí, se concentra en tres escenarios de incremento de temperaturas, empezando en los anticipados 1,3 grados centígrados adicionales para el 2040. Hasta llegar a las catastróficas implicaciones de un aumento de 5,6 grados en cuestión de un siglo. Subidas de temperaturas con el consiguiente aumento del nivel del mar, con incrementos que oscilan desde los 23 centímetros hasta los dos metros.
En el escenario previsto de 1,3 grados más en el plazo de treinta años, el informe atribuye las peores consecuencias para las naciones situadas en el África subsahariana y bajas latitudes de la Tierra. Especialmente en países pobres, cambios relativamente menores de temperatura pueden exacerbar toda una serie de consecuencias no deseables, empezando por la falta de alimentos. Como ejemplo se destaca la situación de Darfur, donde tensiones étnicas y religiosas se han visto complicadas con una progresiva desertificación dando como resultado «el primer genocidio del siglo XXI».
Si en los próximos treinta años, el aumento de temperaturas es más pronunciado, hasta llegar a los 2,6 grados centígrados, habría una presión multiplicada para trasladar tierra adentro la actividad económica de muchos países, con el fin de evitar las consecuencias de un posible aumento de medio metro en los niveles marítimos. Esta problemática situación podría plantear en países como China, a pesar de su enorme extensión, una merma significativa de recursos y agua potable. Con multiplicación de conflictos internos que servirían como frenazo a los intentos en curso de liberalización y reforma política.
Guerra Fría
El escenario más catastrófico, vinculado a una subida del nivel de las aguas de dos metros, «requerirá un esfuerzo extraordinario para Estados Unidos, o cualquier otro país, para mirar más allá de su salvación». Los debates actuales sobre inmigración en el gigante americano serían una broma ante la presencia de millones de ciudadanos estadounidenses desplazados por las inundaciones irreversibles en zonas costeras y la presión de millones de «ilegales» desplazados del resto del continente americano.
El informe, de más de cien páginas de extensión, considera que «el colapso y el caos asociados con futuros cambios climáticos extremos desestabilizará virtualmente todos los aspectos de la vida moderna». Llegándose a comparar el escenario más apocalíptico con el resultado de un holocausto nuclear durante la Guerra Fría.
Entre los colaboradores que han aportado a este estudio figura el ex director de la CIA James Woolsey; el premio Nobel Thomas Schelling; el presidente de la Academia de Ciencias de Estados Unidos, Ralph Cicerone; o John Podesta, ex jefe de gabinete del presidente Clinton.
Ya en abril, altos mandos militares jubilados también llegaron a calificar el cambio climático como «una seria amenaza» a la seguridad de EE UU, con agravados problemas de inestabilidad y terrorismo. En mayo, la oficina del director nacional de inteligencia en Washington confirmó que había empezado a estudiar estas implicaciones geoestratégicas del calentamiento global.
De acuerdo a las concusiones de este esfuerzo multidisciplinar, en el que han colaborado medio centenar de especialistas acreditados, el cambio climático empieza a reunir bastantes de las papeletas necesarias para convertirse en uno de los mayores retos de seguridad nacional para Estados Unidos. País que al mismo tiempo se encuentra a la cabeza de la contaminación vinculada a este fenómeno climático.
En la larga lista de problemas asociados con el cambio climático, los dos 'think-tanks' de EE UU plantean la amenaza de masivas y forzadas migraciones, conflictos bélicos por disputas sobre el control de recursos acuíferos, retos de proliferación nuclear por la búsqueda de alternativas energéticas, brotes de enfermedades infecciosas cada vez más frecuentes y graves. Toda una acumulación de problemas que a su vez puede producir una realineación de poderes en la esfera internacional, con una posible mayor influencia de Rusia en línea con sus actuales exportaciones de gas natural.
El estudio mantiene que, durante las dos últimas décadas, la comunidad científica ha sido más bien tímida a la hora de estimar la velocidad del cambio climático. Con insistencia en que los diferentes gobiernos e instituciones implicadas deben prepararse para significativos niveles de inestabilidad en partes críticas de nuestro planeta en cuestión de treinta años. Afirmándose que «aunque algunos países puedan beneficiarse a corto plazo del cambio climático, no habrá ganadores»
A juicio de este análisis, aunque el cambio climático tiene todo el potencial de generar nuevos conflictos armados en el mundo, ya está logrando magnificar tensiones existentes. Desde el incremento de la desertificación en Darfur y la competición por agua en Oriente Medio, hasta la intensidad de los monzones en Asia y la presión creada en Bangladesh.
El estudio, eso sí, se concentra en tres escenarios de incremento de temperaturas, empezando en los anticipados 1,3 grados centígrados adicionales para el 2040. Hasta llegar a las catastróficas implicaciones de un aumento de 5,6 grados en cuestión de un siglo. Subidas de temperaturas con el consiguiente aumento del nivel del mar, con incrementos que oscilan desde los 23 centímetros hasta los dos metros.
En el escenario previsto de 1,3 grados más en el plazo de treinta años, el informe atribuye las peores consecuencias para las naciones situadas en el África subsahariana y bajas latitudes de la Tierra. Especialmente en países pobres, cambios relativamente menores de temperatura pueden exacerbar toda una serie de consecuencias no deseables, empezando por la falta de alimentos. Como ejemplo se destaca la situación de Darfur, donde tensiones étnicas y religiosas se han visto complicadas con una progresiva desertificación dando como resultado «el primer genocidio del siglo XXI».
Si en los próximos treinta años, el aumento de temperaturas es más pronunciado, hasta llegar a los 2,6 grados centígrados, habría una presión multiplicada para trasladar tierra adentro la actividad económica de muchos países, con el fin de evitar las consecuencias de un posible aumento de medio metro en los niveles marítimos. Esta problemática situación podría plantear en países como China, a pesar de su enorme extensión, una merma significativa de recursos y agua potable. Con multiplicación de conflictos internos que servirían como frenazo a los intentos en curso de liberalización y reforma política.
Guerra Fría
El escenario más catastrófico, vinculado a una subida del nivel de las aguas de dos metros, «requerirá un esfuerzo extraordinario para Estados Unidos, o cualquier otro país, para mirar más allá de su salvación». Los debates actuales sobre inmigración en el gigante americano serían una broma ante la presencia de millones de ciudadanos estadounidenses desplazados por las inundaciones irreversibles en zonas costeras y la presión de millones de «ilegales» desplazados del resto del continente americano.
El informe, de más de cien páginas de extensión, considera que «el colapso y el caos asociados con futuros cambios climáticos extremos desestabilizará virtualmente todos los aspectos de la vida moderna». Llegándose a comparar el escenario más apocalíptico con el resultado de un holocausto nuclear durante la Guerra Fría.
Entre los colaboradores que han aportado a este estudio figura el ex director de la CIA James Woolsey; el premio Nobel Thomas Schelling; el presidente de la Academia de Ciencias de Estados Unidos, Ralph Cicerone; o John Podesta, ex jefe de gabinete del presidente Clinton.
Ya en abril, altos mandos militares jubilados también llegaron a calificar el cambio climático como «una seria amenaza» a la seguridad de EE UU, con agravados problemas de inestabilidad y terrorismo. En mayo, la oficina del director nacional de inteligencia en Washington confirmó que había empezado a estudiar estas implicaciones geoestratégicas del calentamiento global.
Saludos
Rodrigo González Fernández
DIPLOMADO EN RSE DE LA ONU
www.Consultajuridicachile.blogspot.com
www.lobbyingchile.blogspot.com
www.el-observatorio-politico.blogspot.com
Renato Sánchez 3586
teléfono: 5839786
e-mail rogofe47@mi.cl
Santiago-Chile
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