Calentamiento Global: Amenaza y oportunidad
Autor: Sebastian Piñera
26-12-2007
Autor: Sebastian Piñera
26-12-2007
Por Sebastián Piñera E.
¡Qué duda cabe! El Calentamiento Global ha sido el gran protagonista del año. No sólo para la comunidad científica, sino también para el mundo de la política, la economía y, ¡por qué no decirlo!, -y ello ha sido en gran parte mérito de Al Gore- también ha entrado en el mundo del arte y la cultura con el Oscar otorgado al documental "Una Verdad Inconveniente", con el Concierto Ecológico "Live Earth" y ahora último con el Nobel entregado tanto a Gore como al Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC).
Parece que a los grandes problemas que aquejan a la humanidad -terrorismo, narcotráfico y guerra- se ha sumado un cuarto Jinete del Apocalipsis: El Cambio Climático que estaría sufriendo nuestro planeta y amenazando a la humanidad.
Al principio, la evidencia sobre el tema parece confusa. Pero el último informe de síntesis del IPCC señala que desde la Revolución Industrial -y acelerándose en los últimos 30 años- la temperatura promedio del aire y del mar se han incrementado y se han agravando las olas de calor. De hecho 11 de los 12 últimos años se ubicaron entre los doce más cálidos desde 1850. Han disminuido las capas de nieve y hielo aumentando el nivel del mar. Ha cambiado el régimen de lluvias, generando mayores inundaciones, sequías y huracanes. Las evidencias observadas a partir de 1970 en todos los continentes y gran parte de los océanos muestran que gran cantidad de sistemas naturales están siendo afectados por este fenómeno.
¿Lo que viene? Escasez de agua dulce, reaparición y aumento de enfermedades como malaria, dengue y otras, incremento de la deforestación y de fenómenos climáticos que generarán graves consecuencias para la vida humana. Todo esto se debería principalmente al aumento en la producción de CO2 y a la deforestación. El estudio de Nicholas Stern, ex economista jefe del Banco Mundial, señala que este gas de efecto invernadero ha aumentado de 280 partes por millón en 1850 a 430 ppm el 2006. Y el gran responsable: Estados Unidos que con apenas un 4% de la población mundial produciría un 39,4% del CO2, mientras que las emisiones de gases de efecto invernadero de América Latina no superarían el 7%. Aquí es importante destacar el avance logrado en la reciente cumbre celebrada en Bali, Indonesia, donde Estados Unidos finalmente suscribió el acuerdo internacional. La FAO, por su parte, señala que entre 1990 y 2005 el mundo perdió el 3% de su superficie forestal, con una reducción media del 0,2% anual.
A pesar de ser un país bastante aislado, Chile sufrirá los efectos de este fenómeno. Un interesante estudio encargado a la Universidad de Chile por la CONAMA ("Estudio de la Variabilidad Climática en Chile para el Siglo XXI") proyecta las posibles consecuencias hacia fines de siglo (2071-2100), prediciendo un aumento de las temperaturas entre 2 y 4ºC. En el Norte Grande se espera que el aumento de las precipitaciones del altiplano acentúe los efectos del "invierno boliviano", como aluviones y cortes de caminos, además del aumento de la desertificación. En la zona central se estima una reducción de precipitaciones de hasta un 40% lo que afectaría los cultivos, la actividad forestal, la ganadería e incluso la pesca. Pero lo más relevante sería la disponibilidad del recurso agua.
Esta realidad no solo hay que tomarla como una amenaza, sino también como una oportunidad. Por primera vez existe consenso mundial sobre la necesidad de buscar soluciones ahora. Y Chile no puede quedar atrás. Debemos ser capaces de liderar la discusión en el ámbito internacional. Pero también hay que tomar medidas internas, como fortalecer la conciencia ambiental; fomentar la descontaminación; estudiar políticas que desincentiven el uso de energía y a la vez fomentar energías limpias y renovables; incentivar la reforestación (un árbol absorbe 20 kg de CO2 al año); tomar acciones preventivas frente al incremento del nivel del mar (puertos, caletas pesqueras, defensas e infraestructura costera); proteger y racionalizar el uso del recurso agua, proteger los glaciares, entre otras medidas. Se acaba el tiempo de las lamentaciones, llegó el tiempo de la acción.
Saludos
Rodrigo González Fernández
DIPLOMADO EN RSE DE LA ONU
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www.el-observatorio-politico.blogspot.com
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